Comenzaba el año 1983 en Hawái con la aparición de una fisura de 7 kilómetros que contenía lava fundida procedente de la erupción del volcán Kilauea y que salía a través de un respiradero, aunque tres años más tarde se movería hasta situarse bajo la grieta. Comenzó, como en muchos otros volcanes, como un estallido de altos brotes de lava pero, poco a poco, casi diez años después, fue reduciéndose su fragor hasta convertirse en un derrame continuo, en una especie de estanque de lava.
Se trata de uno de los cráteres más jóvenes de estas islas y uno de los que parece más pequeño, sobre todo en comparación con el Mauna Loa. De hecho, al principio de conocerse su existencia se llegó a pensar que formaba parte de este como un satélite de él, pero no es así. Es un volcán independiente con unos 60 kilómetros de profundidad.
Su cumbre se encuentra a casi 1.300 metros de altura, donde se puede ver una caldera que abarca 5 kilómetros y una profundidad de 165 metros. Probablemente, la primera vez que lanzó lava, según han estimado los científicos, fue hace entre unos 300.000 y 600.000 años. Sin embargo, curiosamente solo menos del 10% del volcán es tan antiguo, el resto está configurado por flujos de lava de menos de 1.000 años de antigüedad y, aún más, el 70% de todo el volcán tiene menos años aún, unos 600 o menos.
El nombre es divertido, en hawaiano significa “vomitando” y se debe, claro está, al flujo constante que mantiene desde hace años. Es el más joven, sí; sin embargo, también es el más activo y no solo de Hawái, también de todo el mundo. Ya en 1750 se registraron erupciones, aunque de menor intensidad y no sería hasta 1924 cuando se produjo una explosión de lava importante, que seguiría con varias más cortas hasta 1955.
El momento más destructivo fue en el primer año de la década de los 90, cuando la lava inundó un pueblo llamado Kalapana, destruyendo un centenar de viviendas en tan solo nueve meses. Al año siguiente se redujo la lava y en 1992 volvieron a recrudecerse las erupciones. Ahora la situación es mucho más tranquila, pues apenas existen corrientes de lava superficiales, todas acaban directamente en el océano.
La zona del volcán está al suroeste del desierto Ka'u, un lugar árido afectado por frecuentes lluvias ácidas, de ahí que la fauna silvestre sea escasa, aunque sí que existe, como también distintas variedades de aves y tortugas marinas que actualmente se encuentran en peligro de extinción.
El turismo es la principal fuente de financiación para los habitantes de la región. Porque sí, el Kilauea es un espectáculo digno de ver que atrae a unos 2,6 millones de curiosos anuales a la zona.
Foto: tpsdave
Fuente: Volcanpedia