-Como fundador de Amovens, ¿cuándo y cómo nace la idea de crear un servicio de coche compartido entre particulares?
-Por un lado, siempre había querido crear una empresa, y además de ello quería que fuera un proyecto que aportara algo más que rendimiento financiero, un beneficio para la sociedad. También quería que encajara en el contexto de crisis, que justo había empezado un año antes. En otros países como Alemania o Francia estaba creciendo este tipo de servicio y pensé que era un proyecto que reunía todo lo que quería. Permitía ahorrar dinero en desplazamientos y resolver en u problema de movilidad y ambiental. Amovens nació finalmente en 2009 como la primera plataforma 'seria' o importante para compartir coche en España, y ciertamente no imaginábamos que fuera a convertirse en una empresa de la magnitud que ha conseguido.
El 'segundo nacimiento' fue hace más de un año, cuando empezamos a crecer de forma exponencial. Para que os hagáis una idea, ahora Amovens es 40 veces mayor que hace un año. Nos hemos fusionado con una empresa danesa, GoMore, cosa que nos ha permitido ser también un actor más importante en Europa y además singular en su modelo.
Estamos construyendo con GoMore un modelo de movilidad colaborativa único en el mundo. Hemos pasado de ofrecer un servicio único, como compartir coche, a diversificar la actividad y ofrecer nuevos servicios como son el alquiler de coche entre particulares y el Freecar, un servicio de renting a largo plazo, con la posibilidad de subalquilar el coche cuando no lo usas. Ofrecemos un abanico de servicios colaborativos que permite dar uso al coche siempre que queramos.
-¿Qué potencialidades viste inicialmente y qué principales dificultades?
-Como potencialidades vi que había decenas de millones de plazas vacías en coches en España a lo largo del año. Con esa magnitud pensé que si éramos capaz de aprovechar mejor un tanto por ciento de ese total , aunque fuera ínfimo, ya sería un volumen importante.
Al principio la gente me comentaba que era una buena idea, pero que era una pena porque en España no funcionaría. Es lo que leía entre líneas de lo que me decían. Afortunadamente, hemos visto que compartir coche es algo que está funcionando muy bien en España.
Como dificultades, al principio tuvimos más problemas de financiación como es lógico. También hemos tenido muchas dudas sobre el modelo de negocio. Yo en concreto quería intentar inicialmente hacer B to B (de consumidor a consumidor) y me imaginaba un modelo muy top down, convenciendo a una gran institución, vendiéndole una plataforma personalizada y que esta institución se encargara junto con nosotros de fomentar su actividad entre sus miembros. En la realidad, aunque todavía lo ofrecemos, como modelo de negocio es complicado porque las empresas grandes tardan mucho en tomar decisiones y nos supone una pérdida importante de tiempo y escalabilidad. Las empresas habitualmente no son buenas para comunicarse con sus propios miembros, y vimos que nosotros éramos mucho mejores para llegar a ellos.
Por último, este modelo estaba más pensado para viajes cotidianos como para ir de casa al trabajo, por ejemplo, y Amovens se ha acabado reorientado en los últimos años hacia una comunidad para viajar, para ir de fin de semana, de vacaciones, a festivales de música. Ahora ofrecemos un servicio en el que se hacen muchos más kilómetros que al inicio.
-¿Cuál es la clave de Amovens para haber creado una comunidad de casi 500.000 usuarios solo en España?
-Para un negocio como el nuestro es complicado construir una comunidad, yo creo que es el tipo de negocio más complicado para hacerlo porque debe darse la situación en la que varias personas se dirijan a un mismo destino y en la misma fecha. No hay una receta única, y sumamos muchos años de lucha y de técnicas distintas para llegar a la situación actual. Por poner algún ejemplo, hemos hecho mucho trabajo con eventos como festivales de música a los que iba mucha gente los mismos días. Los festivales estaban muy interesados y han participado mucho en la difusión.
También hemos hecho mucho 'marketing de guerrilla', por ejemplo organizando' manifestaciones por el coche compartido', y a la vez nos hemos divertido bastante. Para hacer cosas que funcionen hay que hacer y probar muchísimas ideas, porque sabes que alguna no va a funcionar. Otro ejemplo: cuando acabábamos de empezar organizamos un concurso para estudiantes en el que había que presentar vídeos virales y se presentaron decenas de grupos, algo que nos permitió dar visibilidad a la marca y a la comunidad.
Otro tema importante han sido los partnerships, como con 20minutos.es en los inicios, y otros diferentes como el la oferta de wifi en los coches con Suop, más reciente. Todo ayuda a crecer junto con otras empresas con las que tenemos cosas en común.
-En términos generales, ¿por qué han eclosionado de forma tan fuerte los proyectos de consumo colaborativo en todo tipo de sectores?
-Yo creo que hemos llegado a una fase de maduración del consumo colaborativo en general, aunque todavía tiene que evolucionar mucho. El hecho de compartir es cada vez más normal y hay cosas que hace 10 años habrían parecido imposibles y ahora existen. Por ejemplo, los préstamos entre particulares o el propio alquiler de coche. Hay un aspecto cultural en el que la norma ya es compartir, por lo menos en determinados sectores. Todos conocemos a alguna persona con experiencias de consumo colaborativo. Sabes que está ocurriendo y piensas que no debe suponer problemas si es tan popular.
Es un cambio de cultura por parte del usuario pero también de las empresas. Por ejemplo, varias compañías de seguros trabajan ahora con nosotros para asegurar nuestras operaciones, cosa que muestra un cambio y un negocio en el que ven posibilidades.
También a nivel de tecnología el desarrollo de la tecnología móvil ha ayudado, pero no ha sido determinante.
-¿Crees que el consumo colaborativo en el sector turístico ha llegado para quedarse?
-Estoy convencido de que está para quedarse. Hay algunas voces, no muchas, que dicen que es un fenómeno producto de la crisis y que una vez superada la gente dejará de compartir por esta vía. Cuando escucho estos argumentos siempre pienso en el caso de las aerolíneas low cost. Cuando uno se acostumbra a pagar 10 por algo, aunque luego tengas más dinero te parecerá absurdo pagar 20. A nivel de precio nos acostumbramos a lo más económico, pero no es solo eso. A veces es más una cuestión social. Tenemos usuarios a los que el precio les importa menos y eligen compartir coche por las personas que conocen en el viaje, por no ir solo, y se acostumbran a este tipo de experiencia.
El consumo colaborativo también es comodidad respecto a otro tipo de servicios. El alquiler de coches entre particulares por ejemplo te brinda la oportunidad de alquilarlo con alguien de tu misma manzana o edificio. Si lo comparas con una empresa tradicional, donde tienes que ir a otro sitio, hacer cola, devolver el coche... las comodidades son muchas más.
-¿Crees que la sociedad toma conciencia de la importancia del consumo colaborativo para reducir el impacto con el medio ambiente, en este caso?
-No es su motivación principal para compartir coche, hicimos un estudio en el que había un 12-14% que lo manifestaba así, pero la gran mayoría de usuarios son conscientes de que hacen algo que afecta positivamente al medio ambiente. Como fundador de la empresa sí que era una motivación personal para iniciar el proyecto.
-¿Cómo se posiciona Amovens ante cuestiones polémicas en España como el servicio de Uber, que en ocasiones se relaciona con el consumo colaborativo?
-Creo que actualmente se están enmarcando muchas cosas dentro del concepto de consumo colaborativo, y en mi opinión Uber no tiene nada que ver con ello. El consumo colaborativo es un cambio de paradigma en el que las personas involucradas no tienen una relación económica tradicional de cliente-proveedor, trabajador-empleador… Cuando compartes coche con Amovens, si eres conductor no eres proveedor del otro. Son co-consumidores y haciéndolo juntos son má eficientes económicamente, medioambientalmente… pero es una relación nueva y diferente a la tradicional. En el caso de Uber, es claramente una situación de consumidor-proveedor. Con eso no defiendo el sistema tradicional de taxi en muchas ciudades, que tiene muchas cosas que mejorar, pero me parece increíble que unas personas puedan ofrecer un servicio idéntico al de otros que pagan una licencia de más de 100.000 euros para realizar el trabajo. Como argumento de marketing hablan de un servicio de coche compartido pero realmente es un servicio de proveedor a cliente.
-¿Qué nivel de incidencias os encontráis en el servicio de coches compartidos?
-Hay poquísimas para el volumen que tenemos. En noviembre se ofrecieron 200.000 viajes en España y las incidencias son bajísimas. Suelen ser de ocupación del coche, por ejemplo se han dado casos en el que se acuerda que habrá un total de 4 personas en el coche y luego el conductor ha llevado a un amigo y son 5, con lo cual van más apretados para un trayecto largo y no es lo que se había pactado; en otros casos hay algún malentendido de días y el conductor se queda sin 'pasajero' y tiene que viajar finalmente solo, pero como te digo son casos aislados.
-Uno de vuestro últimos servicios ha sido el de alquiler de coches entre particulares, ¿qué recepción ha tenido?
-Con este servicio tenemos ya casi 1000 coches en España. En Dinamarca empezamos hace más de 1 año y medio y hay 4600 coches. El caso danés es destacado, estamos hablando de un país de 5 millones de habitantes en el que tenemos 375.000 usuarios (7% de la población). En Dinamarca después de un año teníamos un 1% del mercado total de alquiler de coches en el país, que incluye el alquiler a empresas, y un 2% si nos referimos solo a particulares.
-En el caso de alquiler de coche entre particulares, ¿consideráis que el nivel de incidencias puede ser más elevado por el tipo de acuerdo?
-La verdad es que estamos muy contentos del bajo nivel de incidencias. Para evitar problemas para ambas partes ofrecemos un seguro a todo riesgo con franquicia de 750€ que sustituye al del coche. Cualquier daño lo cubre nuestro seguro, y el hecho de tener una franquicia alta hace que la persona que alquila su coche tenga más tranquilidad y quien paga por alquilarlo sepa que hasta esa cantidad el gasto lo asume él. Somos el punto de encuentro entre consumidor, arrendatario y seguro y tenemos que ofrecer lo mejor para todos.
-Otro servicio reciente es la posibilidad de incluir wifi en el coche compartido, ¿qué recepción ha tenido?
-Acabamos de lanzarlo, y ahora mismo se están enviando los primeros routers a los usuarios para que lo incorporen al servicio. De entrada hemos tenido muchas peticiones y pronto veremos los primeros coches equipados. También se está enviando a personas que vayan a viajar en las próximas semanas varias veces para que eso beneficie a usuarios reales. Lo que pretendemos es mejorar la experiencia del usuario aunque no saquemos ningún rendimiento económico.
-Imaginamos que contáis con un perfil de cliente joven, ¿cómo observan los públicos más mayores este tipo de servicio y qué demanda tenéis?
-Es cierto que el perfil es bastante joven, pero no tanto como podríamos pensar. El servicio inicial de coche compartido tiene una edad media de 30-32 años. El grupo de más penetración grande es de 25-35, muchos estudiantes, pero como ves por la media no todos. También hay perfiles de más de 40 y 50 años . Para el alquiler de coche, el perfil de edad es algo más alto. La edad mínima para usarlo es de 23 años, y la edad media está en 35-40.
En Freecar, el renting de larga duración, la media de edad del usuario está alrededor de los 40 años.
-Las compañías más tradicionales de alquiler de vehículos, ¿os observan ya como una competencia real? ¿Y vosotros a ellos?
-Somos competencia más o menos directa. Las empresas tradicionales tardan años en darse cuenta de que hay un nuevo tipo de competidor. Durante unos años lo ignoran y luego se acaban preocupando. En el caso de compartir coche quizás no podemos considerarlo competencia, pero en el alquiler de coches sí, aunque no tenemos constancia de que estén preocupados. Al fin y al cabo somos un competidor como otro cualquiera. Nosotros tampoco pretendemos acabar con ellas, creo que somos una empresa más de alquiler y cada una ofrece un servicio diferente.
-Ya contáis con competencia directa y probablemente irán apareciendo más proyectos relacionados con el consumo colaborativo en los transportes. ¿Cómo afrontáis el futuro en este sentido y en qué os podéis diferenciar?
-La principal diferenciación es que tenemos un modelo único que ofrece 3 servicios de movilidad en una plataforma. Si no tienes coche, en primer lugar sabes que cerca de tu casa tendrás coches disponibles para compartir, con la comodidad de no tener que ir a buscarlo lejos de tu casa, con un precio más económico y con otras comodidades como el seguro. Si quieres disponer de un alquiler de coche para ti, también tienes la opción con las comodidades que decíamos. Y si necesitas el coche para más tiempo, también puedes hacerlo con el servicio Freecar, y como decía todo en una misma aplicación o plataforma.
-Como en el caso de Dinamarca, Noruega o Suecia junto con GoMore, ¿tenéis nuevos planes de internacionalización en Europa u otros continentes?
-Por ahora estamos muy centrados en Europa. El plan más inmediato es lanzar en Francia, donde estamos empezando a construir una comunidad. Probablemente lo lancemos de otra forma que en otros sitios porque allí ya existen proyectos y le daremos un giro al modelo. En Noruega y Suecia hemos lanzado ya los 3 servicios (compartir, alquilar y renting) pero solo hace dos meses, con lo cual nos queda mucho por hacer y aprender de cada mercado.
Sobre las diferencias entre mercados, por ejemplo, en Noruega nos damos cuenta de que la gente está introduciendo coches de gama muy alta y la estrategia debe ser diferente. En Dinamarca una persona alquiló un Tesla durante un mes entero, un tipo de transacción que en España no sucede.
Foto: Zurijeta