A pesar de que la gran mayoría de expertos descartaba por completo la posibilidad de que la Unión Europea, y con ella España, entraran en deflación, resulta innegable que los últimos datos del IPC alentaban los temores en este sentido. Afortunadamente, la última oleada de cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística confirma que España no va a entrar en deflación en el corto plazo. La clave para este cambio de tendencia hay que buscarla en las familias, que han aumentado ligeramente su consumo.
Para ser exactos, los hogares españoles han aumentado su gasto un 0,4%, poniendo fin así a quince meses consecutivos de caída. Este dato ha contribuido también a sacar a España de la recesión técnica, motivando un crecimiento del PIB del 0,1% en el tercer trimestre del año. Paralelamente, las inversiones privadas han experimentado un pequeño avance del 0,2% (los bienes de equipo son los más beneficiados al crecer un 1,1%). Hemos de recordar en cualquier caso que este sector sufrió una caída del 2% en el anterior trimestre.
Por lo demás, las exportaciones siguen siendo la tabla salvadora de la economía. En el último trimestre han protagonizado un repunte del 2,2% y siguen instaladas en máximos históricos. Otro indicador que confirma la mejoría del consumo es el aumento de las importaciones, que alcanzó la nada desdeñable cifra del 2,8%. No obstante, en términos interanuales los datos siguen siendo claramente negativos. El consumo de las familias es hoy un 2,2% inferior al de hace un año y la inversión acumula una caída del 6,3%.
Una vez más, la Administración es el sector que menos sufre la caída de la economía, pues sus niveles de inversión son ligeramente superiores a los de 2012. También en términos interanuales observamos una reducción del ritmo de crecimiento de las exportaciones, que sin embargo han aumentado un 4,7% respecto a hace un año. Peor panorama muestran las importaciones, que solo han crecido un 0,7% en comparación con el tercer trimestre del año pasado.
Fuente: Expansión
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