Hace varios meses, en Empresayeconomia.es advertíamos que los bancos centrales estaban preparando distintas medidas de choque ante el temor de que se materializara el 'Brexit'. El Banco Central Europeo (BCE) anunció extraoficialmente que habilitaría distintas líneas de liquidez para que su homólogo británico capeara la presumible fuga de capitales así como una hipotética demanda masiva de cambios de divisas. En un primer momento, parecía que los mercados habían asumido con más tranquilidad de la esperada la salida británica. No obstante, el Banco de Inglaterra maneja datos menos optimistas.
Las cifras del índice PMI de servicios de Reino Unido sufrieron un notable deterioro durante el mes de julio. Si en junio este indicador se situaba en 52,3, un mes más tarde caía hasta 47,4 enteros. También defraudó el PMI manufacturero, que pasa de 51 enteros a 49,1. Recordemos que cuando el PMI se sitúa por encima de los 50 puntos significa que la producción aumenta, mientras que por debajo de ese umbral se constata una contracción. En consecuencia, existen fundados temores de que el país entre en recesión.
Ante esta situación, el Banco de Inglaterra ha decidido bajar los tipos de interés por primera vez desde 2009. Para contextualizar este dato, basta recordar que la última ocasión en la que la institución decidió recortar los tipos el país atravesaba su crisis más grave en décadas. Además, este recorte, que deja los tipos en el 0,25%, supone la cifra más baja jamás registrada en el país desde que hace más de tres siglos se creara el Banco de Inglaterra (en 1694, para ser exactos).
En consonancia con esta mayor facilidad para acceder a créditos, la institución capitaneada por el canadiense Mark Carney también ha ampliado el resto de programas de estímulos. Así, las compras mensuales que efectúa el banco central se ampliarán en 60.000 millones de libras esterlinas, unos 70.700 millones de euros. Como no podía ser de otro modo, los mercados han reaccionado con subidas tras el anuncio mientras que la libra esterlina ha retomado la senda bajista tras una efímera tregua.
Vía: El Mundo.
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