El desempleo juvenil de España es casi el triple que el de Europa

Desempleo juvenil España

Desempleo juvenil España

Desempleo juvenil España
La pandemia que estamos viviendo ha hecho mucho daño a la economía de nuestro país. Uno de los grupos más afectados es el de la juventud, ya que España es el segundo país de la UE con más paro juvenil.
En concreto, estamos hablando un 43,9% en cifras del mes de agosto, una cifra que solamente empeora Grecia. Si lo comparamos con la media de la Unión, la cosa es peor, pues la media es del 17,6%, es decir, casi 3 veces menor a las cifras de nuestro país.

El desempleo juvenil cada vez es peor

A pesar de haber bajada de paro en septiembre, el paro juvenil cada vez es más preocupante. Lo peor de todo es que la universidad no parece servir de mucho, ya que somos el segundo país con peor empleabilidad de jóvenes universitarios. En este caso, el paro juvenil de universitarios alcanza el 16,7%, una cifra muy cercana al 16,8% de Italia. Eso sí, en el caso de los jóvenes que han abandonado los estudios, la cosa es todavía peor.
En realidad, esto no es un problema nuevo, ya que la media del año 2000 al 2019 fue de un 34%, mientras que la media de la UE era un 9% en el mismo periodo. La pandemia solamente ha empeorado un poco las cosas, pero todo esto viene de atrás. Además, el poco empleo que hay es temporal, con un 69,5% de tasa de temporalidad, y parcial, con una tasa de más del 50% de empleos a tiempo parcial.
Todo esto trae consecuencias, como por ejemplo la de la vulnerabilidad a la pobreza. Los jóvenes de menos de 29 años son los más vulnerables en España, ya que el 33,85% se encuentran en el umbral de la pobreza, mientras que la media en el resto de grupos es del 21,5%.
Los expertos echan la culpa a los déficits de formación y piden un cambio en los planes de estudio. Se quejan de que hay muchos españoles formados que no encuentran trabajo al mismo tiempo que hay empresas que necesitan gente. Esto ocurre porque no se pone el poco en las nuevas tecnologías ni en los empleos realmente demandados.
Un buen ejemplo es la formación profesional, la cual no permite compatibilizar trabajo y estudios y no tiene buenos programas de prácticas, además de no estar bien diversificadas. Todo eso hace que no sea atractiva y que no se cubra la demanda de empleo, además de favorecer el abandono escolar temprano en algunos casos.