En estos tiempos de guerra y pandemia, el gas es un bien cada vez más caro y escaso. Eso hace que muchas familias corran el riesgo de quedarse este año sin calefacción, ya que no van a poder pagar una fuente de energía que se ha disparado. Es más, las compañías de mercado libre ya han actualizado sus tarifas en su mayoría, haciendo que mucha gente se enfrente a subidas de golpe.
Por suerte, existe una alternativa a estas familias. Se trata de la Tarifa de Último Recurso o TUR, una tarifa regulada por el Gobierno, con un precio supervisado cada 3 meses. ¿Puede ayudar a ahorrar? Pues vamos a ver en qué consiste, cómo funciona, los tipos de tarifa y cómo puedes contratarla.
Así es la tarifa TUR de gas
La tarifa TUR es el equivalente a la tarifa de luz de mercado regulado PVPC. En este caso, el precio está regulado por el Gobierno, con subastas que salen cada 3 meses. Estas revisiones son trimestrales, pudiendo cambiar tanto al alza como a la baja.
Al contrario que en el mercado libre, es una tarifa única para todo el territorio y tiene vigencia durante 12 meses, sin permanencia. Vamos a explicarla un poco más en profundidad en cada apartado.
Tipos de tarifa
La tarifa regulada tiene tres modalidades, estando dos de ellas dirigidas al pequeño consumidor y otra a personas con un consumo elevado de gas:
- TUR 1: es para personas que consumen menos de 5000 kWh/año, generalmente personas sin calefacción.
- TUR 2: es la tarifa estándar, hecha para personas que consumen entre 5000 y 15000 kWh/año, generalmente personas con calefacción
- TUR 3: hecha para grandes consumos, que van desde 15.000 hasta 50.000 kW/h al año
En este caso, la comercializadora asigna automáticamente la tarifa, según los usos que vayas a hacer del gas y tus consumos. De hecho, si cambias los consumos, la distribuidora cambiará tu tarifa de forma automática, con el correspondiente cambio en el precio. Además, es obligatoria si tienes el bono social.
¿Cuánto voy a pagar?
El precio a pagar depende de las subastas del OIME, las cuales se actualizan trimestralmente. En ellas se fija un precio fijo y un precio variable. Por ejemplo, en abril de 2022 se pagaba un variable de 0,00531 euros por cada kWh y un precio fijo de 5,44 euros al mes en la TUR 1. En la TUR2, el precio variable era de 0,0497 euros por kWh y el fijo de 10,24 al mes.
¿Quién se puede acoger a esta tarifa?
A pesar del nombre, casi cualquier consumidor puede acogerse a ella. Simplemente tienes que gastar menos de 50.000 kWh al año y una presión menor o igual a 4 bares. Generalmente, una vivienda tiene menos de 15.000 kWh de consumo anual.
Los que no se suelen poder acoger son grandes negocios o comunidades de vecinos, ya que superan los 100.000 kWh anuales de consumo. En este caso, tienen que coger mercado libre sí o sí.
Cómo darse de alta en la tarifa TUR
Para darse de alta en esta tarifa, tienes que contratar esta tarifa a través de las Comercializadoras de Último Recurso, las cuales son designadas por el Gobierno. Son compañías que tienen suficiente capacidad para dar gas natural a todos los usuarios. Lo puedes contratar con Curenergía (Grupo Iberdrola), Energía XXI (Endesa), Gas & Power (Naturgy) y Baser (EDP Residencial).
Simplemente tendrás que llamar a la comercializadora y presentar la documentación del titular, la dirección de la vivienda, el CUPS (Código Universal de Punto de Suministro) y la cuenta bancaria para domiciliar pagos.
¿Mejor que mercado libre?
Un consumidor puede elegir TUR o mercado libre, teniendo cada uno sus ventajas e inconvenientes. La mayor tarifa del mercado libre es que te pueden hacer ofertas por las compañías, con diversos tipos de tarifa. De hecho, muchas personas evitaron la subida del gas porque su contrato estaba vigente antes de la subida. Por el contrario, si firmas un contrato con el gas a precio alto y luego baja, no disfrutarás de la bajada.
Por el contrario, el mercado regulado es obligatorio para el bono social y tiene un precio igual para todas las comercializadoras. El precio cambia cada tres meses, así que podrías acabar pagando más o menos según cómo fluctúe.
En realidad, ninguna es mejor o peor, sino que depende de cada caso. Lo mejor es estudiar todas las ofertas y decidir por la más rentable para ti.