Seamos surrealistas, imaginemos un río bajo el agua

Cenote de Angelita

Cenote de AngelitaCenote de Angelita, Mexico.

En la imaginación es todo mucho más fácil de conseguir. Todo es posible. Podemos imaginar cosas irreales que no pueden tener cabida, podemos imaginar un río submarino, que discurra en el fondo de aguas saladas, y diréis: ¡qué locura! Pero, si me permitís, en ese caso replicaré: "Existe un lugar llamado: cenote Angelita". Y en ese maravilloso lugar, literalmente traducido como "Pequeño ángel", comprobaremos que lo surrealista no es siempre imposible. Al menos por esta vez.

Cenote de Angelita

Cenote de Angelita, Mexico.


Nos situamos a unos 17 kilómetros al sur de Tulum, Mexico. Lo que encontramos es una capa de ácido sulfhídrico (H2S) en el mar, que ha ido originándose por la descomposición de los desechos vegetales de la selva, que han ido cayendo con el paso del tiempo a sus aguas y han hecho posible este surrealismo: han marcado una separación entre aguas con distinta salinidad. El efecto es brutal. En el fondo del mar, a unos 30 metros de profundidad, las ramas y las hojas han hecho que realmente parezca discurrir un río bajo el agua...
¿Qué es un Cenote? Millones de años atrás, la península de Yucatán emergió del mar como una plancha de roca caliza donde es casi imposible la existencia de ríos. La erosión ha creado a lo largo de la historia paisajes escalofriantes y maravillosos. En este caso, la lluvia picoteó la inmensa roca emergida y comenzó a filtrarse en el subsuelo. Y aquí, formó un auténtico cauce, que a su vez va horadando las capas más profundas de la tierra. El resultado de todo ello es un Cenote. De tanta filtración y erosión se acaban derrumbando las cavidades creadas por las corrientes subterráneas y entonces el agua del subsuelo queda expuesta al vacío. Se crea un "espejo de agua" que bien puede quedar al ras del suelo o flotando entre el suelo y el agua. En el pasado fueron considerados la morada de los dioses del agua y los veneraban.
Desde la superficie se puede ver una especie de nube en el agua. Desde abajo, se distingue una capa de extraños colores. El río discurre en el fondo pacificamente en línea recta, flanqueado por deshechos vegetales. El lugar es misterioso en sí... apenas una ilusión óptica lo constituye, pero es suficiente para dejarnos sin respiración. Mejor así, porque estando bajo el agua observando el maravilloso paisaje es mejor no abrir la boca.
Fuente y foto: patrimoniosdelmundo