No es tan famosa como la Sagrada Familia, ni como la Pedrera o la Casa Batlló, ni como el Camp Nou o La Catedral, ni como el Paseo de Gracia... pero la fuente de Montjuic sí que es uno de los alicientes y atractivos de la ciudad.
Estas semanas de verano, la fuente de colores de Montjuïc está más acompañada que nunca. A las nueve de la noche empieza a mostrar su agua clara, nítida. Poco a poco van apareciendo turistas y autóctonos que se agolpana su alrededor, sentados en escaleras, en el césped, de pie... pueden llegar a ser entre mil y dos mil personas cada día.
A las nueve y media empieza el espectáculo de verdad. Suena la música -clásica, moderna, de todo tipo- y el agua empieza a bailar a su ritmo llena de colores, formas y movimientos múltiples. Los flashes de las cámaras de fotos no paran de parpadear, al igual que los ¡ooooohhh! de la gente que nunca había visto tal espectáculo.
No os lo podéis perder cada vez que visitéis la Ciudad Condal. Cada media hora se repite el show hasta las 23:00, y cuanto más de noche es más bonito es el efecto del agua y las luces de colores. Hay que verlo.
Foto: jeroen_bennink