Excursiones en Nueva Zelanda

Excursiones en Nueva Zelanda

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Nueva Zelanda es uno de los destinos predilectos de quienes andan por el mundo en busca de aventuras inagotables, intransmitibles, irrepetibles.
Y es que esas tierras y picos que fueron escenario de vastas películas donde el paisaje debía ser fuerte, imponente, majestuoso pero fértil, entre ellas, la trilogía El Señor de los Anillos, han sido antes y después de las mismas un imán para los aventureros y fanáticos.

Por las playas semi-tropicales de Cabo Reinga y hasta los glaciares de Franz Josef, desde los fiordos de Milford en los Alpes del Sur, a las llanuras de Canterbury, Nueva Zelanda es dueña de impresionantes ecosistemas que cohabitan en un país no muy extenso pero si muy vasto.
Lo mejor de todo es que un tercio del país ha sido designado como Parques Nacionales y el Departamento de Conservación realmente cuida sus parques, mantiene las pistas de senderismo de manera obsesiva, con chozas de travesía que se sienten más como posadas reducidos al mínimo. De norte a sur, cuatro caminatas ofrecen una muestra variada de los ecosistemas de Nueva Zelanda.

En Nueva Zelanda, el senderismo es una de las actividades deportivas más elegidas y seguras: sin serpientes, insectos venenosos, o depredadores de gran tamaño o altura considerable, eso por no mencionar el imponente paisaje del que se disfruta durante un alarga caminata al aire libre.
El Parque Nacional Tongariro, también conocido como el escenario de Mordor, el universo ficticio de la Tierra Media de JRR Tolkien, Señor de los Anillos se encuentra en la Isla del Norte y no es conocida por su multitud de montañas, de hecho en la zona hay sólo tres picos solitarios: Tongariro, Ngauruhoe y Ruapehu.
Se encuentran aislados y se elevan desde las tierras de cultivo circundantes pero este trío de volcanes formaron parte  del primer Parque Nacional del país en 1894.
El Circuito del Norte circunnavega Monte Ngauruhoe, mejor conocido en el mundo como Lord of the Rings' Mount Dhoom es una caminata de cuatro días que pasa a través de antiguos flujos de lava que han erosionado en los desiertos de arena. La aridez y la desnudez del lugar tiende a dejar un poco conmocionado a sus visitantes cuando pasan desde el borde de un desierto a un denso bosque de hayas saciado por un río caudaloso.
La parte más espectacular del recorrido se alcanza durante el segundo día. Los senderistas pueden subir a la base de Ngauruhoe en horas de la mañana, pasando entre Ngauruhoe y el una vez poderoso Tongariro. Pero el principal atractivo es el prisma de la geología en la pantalla: Red Crater, llamado así por el color morado oscuro de la tierra, entre la cual emerge un lago de esmeralda, llamado Lago Azul, cuyo color tal vez es lo más impactante de todo por lo sobrenatural del contraste.

En un país conocido por sus montañas, la caminata más popular es un paseo por la playa. El Abel Tasman Coastal recibe cerca de 30.000 visitantes al año, entre los excursionistas y aficionados al kayak que van entrando y saliendo de sus cuevas de piedra caliza y se detienen a descansar en sus playas de arena blanca.
Abel Tasman es más plana que la mayoría de Nueva Zelanda y es por ello que los paseos no tienen obstáculos, aunque, en realidad, existe uno bastante diferente: las mareas.
Fotografía: Wikimedia