Ancelotti sí, Ancelotti no
Sucedió hace dos años con Mourinho y ahora se vuelve a repetir la historia. No nos ponemos de acuerdo sobre si el entrenador del Real Madrid es o no el adecuado. El caso es que Ancelotti está en el centro de la polémica y es señalado por muchos como el principal culpable de los males que sufre el equipo, a pesar de que Florentino Pérez lo ha ratificado este mismo jueves, borrando así de un plumazo las especulaciones sobre una posible destitución en caso de una derrota en el Camp Nou.
Ancelotti sí, por Víctor L. Abajo
Le recriminan que tiene mano izquierda. Pero les recuerdo que de eso mismo se acusaba a Heynckes cuando conquistó la Séptima, a Del Bosque cuando ganó la Octava y la Novena y al propio Carletto cuando levantó la Décima. Ancelotti es un buen entrenador y un buen gestor de egos, porque quizás es como deba definirse parcialmente su cargo al frente de la nave madridista. Sea por unas cosas o por otras, el hecho es que el látigo no funciona en algunos vestuarios. Recuerdo cuando Del Bosque dio marcha atrás en su intención de convocar al Real Madrid antes de un partido contra el Atlético ante la vehemente petición de sus jugadores y la promesa de Ronaldo de que si no iban concentrados marcaría dos goles. Y los marcó. Y el Madrid ganó. O cómo en Barcelona Messi desafió a Guardiola delante de todo el vestuario incumpliendo en su cara su mandato de no ingerir bebidas gaseosas antes de un encuentro. Y Guardiola tragó. Y triunfó. Si la presunta mano izquierda son éxitos, dame mano izquierda.
Le acusan de no hacer rotaciones. Vale, pero maticemos. El Real Madrid vendió este verano a Morata, rechazó fichar a Falcao y prefirió que llegara cedido Chicharito. Permitió la marcha de Xabi Alonso cuando Kroos ya estaba 'atado' y cedió a Casemiro al Oporto. ¿Son Illarramendi y Khedira una verdadera alternativa a Kroos y Modric? ¿Inquieta Chicharito en la titularidad a Benzema? Es cierto que Ancelotti debería haber dado descanso a la BBC en partidos de trámite, o sustituir a alguna de sus estrellas en encuentros sentenciados (y no 'sentar' a Cristiano en la Copa ante el Atlético) por mucho que a los implicados les molestara por no poder engrosar su curriculum goleador particular. Pero no menos cierto es que el equipo se ha debilitado en el banquillo.
Está señalado por reaccionar tarde a la hora de hacer cambios. Es probable. Pero como atenuante, que no eximente, esgrimiré lo mismo, que los revulsivos no se han ganado a día de hoy el derecho que se crea que su entrada desde la suplencia va a mejorar a los titulares.
Ancelotti es acusado del mal juego del equipo. Pero esos mismos que agitan la opinión pública desde los medios y gran parte de los que les secundan, se planteaban hace meses si este Madrid ¡era mejor que el Madrid de Di Stéfano! ¿Increíble, verdad? Pues sólo hay que tirar de hemeroteca. Hace meses decían que eran los mejores del mundo. ¡Qué coño los mejores del mundo! ¡Los mejores del universo! Y Cristiano, ¡el mejor de la historia del Madrid! ¿He dicho del Madrid? ¡El mejor de la historia del fútbol! Y ahora son muy malos. Como pasó con el Madrid de Queiroz. Ahora parece que el mejor del mundo mundial era Luis Enrique, que hace poco era muy malo. Un lío, vaya. Un poco de paciencia, hagamos balance al final de la temporada y entonces analicemos. Probablemente entran en juego asuntos como la confección de la plantilla, la preparación física, las lesiones, la pretemporada diseñada por el club e incluso el azar. Por si a alguien se le escapa, Ancelotti ha ganado ya una Champions, una Copa del Rey y un Mundial de Clubes en un año y medio.
¿Tiene Ancelotti potestad para multar a los jugadores por sus fiestas? ¿Y por sus cenas de madrugada? Pregúntenle a Camacho, cuando se fue por la puerta de atrás al ver el percal.
¿Tiene completa libertad para pedir los refuerzos que necesita? Pregúntenle a Pellegrini, que se supo sentenciado desde que se negó a traspasar a Robben.
¿Puede Ancelotti confeccionar una pretemporada pensada únicamente en aspectos deportivos? No hace falta que pregunten a nadie. Sabemos que no.
Tanto en los triunfos como en las derrotas, los responsables son el presidente, el entrenador y los jugadores. Y a veces con un buen trabajo, un resultado puntual es malo. Y a la inversa. Pero no seamos tremendistas. Ni digamos que un entrenador no vale a las primeras de cambio cuando vienen malas. a todo esto, ¿a quién ficharían los que defienden que debe ser destituido?
Ancelotti no, por Arturo Carretero
Nunca me ha gustado Ancelotti como entrenador. No me gustaba en el Milan, no me gustaba en el Chelsea y tampoco en el PSG. Ni siquiera me convenció cuando el Real Madrid conquistó la ansiada Décima. Cierto es que ha ganado tres Copas de Europa, pero las ha ganado con equipos de ensueño que a muchos ya les hubiese gustado dirigir. También es verdad que tiene buen trato con los jugadores, pero no es menos cierto que les concede demasiados privilegios, demasiada confianza, y me jugaría lo que fuese a que no ha echado más de dos broncas en su vida. Eso es malo, porque el jugador se acomoda.
El hecho de que fuese Hierro y no el italiano quien tuviese que arengar a los jugadores en Bilbao antes de salir a disputar la segunda parte del partido fue la gota que colmó mi paciencia.
Ancelotti ha cumplido cogiendo al Madrid en un momento complicado tras la salida de Mourinho, pero ya ha cumplido su ciclo y tras acabar la temporada, no ahora que no viene a cuento, y salvo que gane los dos títulos que quedan, tiene que irse. Es un entrenador de transición, que ha apaciguado las aguas, vale, pero hace falta otra cosa. “¿Y a quién traemos?”. Pues a Jürgen Klopp, por ejemplo. O a Zinedine Zidane. A cualquiera que pueda tener una buena relación con los jugadores, pero que no le tiemble la mano a la hora de tener que alzar la voz.
No se puede defender a un entrenador que se ha empeñado con jugar con el dichoso 4-3-3 en lugar del 4-4-2 que beneficiaría mucho más al equipo y al que le falta personalidad para dejar a veces en el banquillo a alguno de los integrantes de la BBC (que también puede adaptarse al 4-4-2). Su cara de ‘ardor de estómago’ en la banda impasible mientras mastica chicle me recuerda a la de Vicente del Bosque, otro entrenador de los blandos, incapaz de reaccionar cuando el equipo necesita algo diferente.
Lo que más me sorprende es que un técnico tan experimentado como Ancelotti ‘no vea’ (obviamente lo ve, pero no encuentra soluciones) que el equipo se parte en la mayoría de los partidos. Kroos e Isco, a los que además no rota, seguro que le están muy ‘agradecidos’. Y menos mal que ha vuelto Modric…Khedira, Lucas Silva e Illarramendi. ¿De verdad ninguno vale? Quizás haya que encontrarles su sitio ideal.
Algunos nos acordamos en estos momentos de Mourinho. Será arrogante y caerá mal a muchos aficionados y sobre todo muchos periodistas (cuánto odio ha dejado en la capital por no ser el palmero de la prensa), pero por lo menos sabe lo que quiere y tiene capacidad de reacción cuando las cosas van mal (alguno me recordará ahora que el Chelsea está eliminado de la Champions). Podía hacerlo mejor o peor, y también se equivocaba, pero el equipo tenía un estilo muy definido y no tenía ningún problema en dejar en el banquillo a alguna de las vacas sagradas.
Por no decir que fue de los primeros en ver la decadencia de un Iker Casillas al que ya se trata de defender desde algunos reductos del 'casillismo' con argumentos absurdos. No estoy de acuerdo en que haya que pitarle, y menos insultarle, pero lo mejor que se puede hacer es prepararle un homenaje, aplaudirle y corear su nombre por última vez y venderle. Aunque tiene otra opción y es la de asumir el rol de segundo portero. Keylor Navas merece una oportunidad. Y, a todo esto, Diego López en Milan…porque Carlo no se atrevió a decir que le prefería.
No me olvido de que el Madrid hace unos meses parecía el mejor equipo del mundo con el italiano en el banquillo, que jugaba de fábula e iba a ganarlo todo, pero en esa caída de juego, en la que influyen muchas cosas, tiene gran parte de culpa Ancelotti por no ‘sacudir’ el equipo. Los jugadores tienen una gran parte de responsabilidad, como también la tiene el presidente (aquí nadie se escaquea), pero el italiano es el capitán de la nave y no se puede intentar cambiar las cosas sin cambiar nada. Si reacciona, si le veo enfadarse, si le veo revolucionar al equipo, entonces (solo entonces) le pediré disculpas. Lo mismo haré si hace los cambios antes de los últimos 20 minutos de partido y funcionan y si da oportunidad a algún chaval del Castilla. ¿No dijo cuándo vino que iba a contar con la cantera? Pues ahora esa cantera se está saliendo y no lo está haciendo.
Y es que, el Madrid por perder ha perdido hasta el contraataque, una de los mejores legados que dejó Mourinho, un arma letal que al espectador le encantaba. “Qué pesado con el j…portugués, que no ganó la Champions, que dejó al Madrid dividido”. Acuérdense de antes del técnico luso lo que había y las frustraciones de un equipo que era la perita en dulce de los rivales en los octavos de final. Eso cambió. El Madrid volvió a ser temido en Europa, se le plantó cara al mejor Barça de la historia y se le ganó una Copa y una Liga. Y en el campo los jugadores, aunque no jugasen bien, lo dieron todo. Así, Ancelotti se encontró un equipo 'hecho'.
Es cierto que no se ganó la Décima, pero las trayectorias del equipo en la máxima competición europea con el portugués fueron similares a las del año pasado con Ancelotti, con la diferencia que con el italiano el Madrid tuvo la “suerte” de aguantar un chaparrón en Dortmund y clavar un gol en el minuto 93 de la final ante un Atlético que tiene tomada la medida al Madrid desde que Carlo llegó a Chamartín.
Pero la táctica de meter balones a la olla en el descuento en los partidos importantes cuando se va perdiendo no siempre funciona. Un poco de actitud, de decir un “estoy aquí y mando yo”, y saber mover el banquillo de vez en cuando no es incompatible con jugar bien y hacer que los jugadores estén felices. ¿De verdad no hay algo intermedio entre la mano izquierda y la derecha? Ojalá me equivoque y tenga que arrodillarme ante Ancelotti y pedirle perdón por dudar de él, porque entonces tendré otro motivo aún más grande para alegrarme.
Por cierto, que aunque hoy por hoy piense que el Madrid no tiene al entrenador ideal, la rueda de prensa de Florentino Pérez cargando contra las ‘mentiras’ de la prensa deportiva madrileña en torno al técnico, me ha parecido sublime. Estoy con él en que hay algunos que solo quieren hacer daño al club. Hay que vender periódicos, pero hay que contrastar las informaciones un poco más. Una cosa es opinar (como estamos haciendo aquí) y otra desinformar.