El Málaga y los periodistas populistas
Me apenó enormemente la eliminación del Málaga. Ya simpatizaba con él. Por los malagueños que he conocido. Por lo bien tratado que me he sentido allí. Por su grandísima afición. Por Juanito, por Van Nistelrooy, por la ‘Bestia’, por Joaquín y su detallazo con Pellegrini (“Para tu papá”) y por el propio Pellegrini, a quien un maldito penalti le privó de alcanzar con el Villarreal una final de la Champions y a quien su negativa a bailarle el agua al director de un medio deportivo le hizo la vida muy difícil en Madrid.
Su buen juego en los últimos meses, además, ha despertado el cariño de muchos ‘futboleros’ entre los que me incluyo, al igual que en su día me sentí cercano al Arsenal de Overmars y Bergkamp, o al Celta de Mostovoi y Karpin, al Villarreal de Forlán y Riquelme o al Alavés de Javi Moreno. Estos tres últimos no levantaron trofeos, pero no hizo falta. Al Málaga tampoco. De hecho el cruel final del martes ha despertado una especie de corriente de solidaridad que provoca que hoy muchos nos sintamos un poco del Málaga.
Pero señores, no vean fantasmas donde no los hay. Porque de robo, nada. Sus jugadores, al cuerpo técnico y sus aficionados ven una ‘mano negra’ encargada por Platini para la eliminación malaguista. Esa ‘mano negra’ -instruida o no- habría concedido un gol ilegal al Málaga y habría esperado al tiempo de descuento a beneficiar al Borussia Dortmund, que necesitaba dos goles. Evidentemente, su teoría es completamente contraria al sentido común.
A ellos les exculpo. Porque perder con dos goles en el añadido y que el segundo sea concedido erróneamente es el final más doloroso de los imaginables. Y desde esa herida, abierta ya por la desmedida sanción de la UEFA, puede llegar a comprenderse la desesperación que puede llevarte a buscar culpables. Lo del jeque, hablando de racismo y de persecuciones, es harina de otro costal. Mira jeque, lo que está claro es que si tú hubieras pagado en su día no existiría la sanción de la UEFA ni los motivos para esa presunta persecución.
A quien no se puede excusar es a los periodistas populistas. Y menos, a los de fuera de Málaga. Los directores de los periódicos de la Costa del Sol pueden tener la visión ‘perturbada’ porque si no, no comen. Entonces, toca titular “Robo”, “Escándalo” y asuntos similares, porque con la sensibilidad a flor de piel, cualquiera dice lo contrario. Y esos periódicos son empresas y tienen que vender ejemplares, por lo que no son del todo libres.
Cuando me llevo las manos a la cabeza es cuando escucho a tertulianos a nivel nacional y a presentadores de primera fila secundar la teoría de la conspiración, quizás por una falsa solidaridad con el compungido. O quizás no.
Mal por De la Morena apoyando las tesis conspirativas de Joaquín en ‘El larguero’, posiblemente por ‘ganarse’ al entrevistado. Mal por varios tertulianos de ‘Futboleros’ defendiendo el recurrente “robo”, quizás porque para estar en el candelero en televisión lo que te mantiene es disfrazarte de forofo.
Y mal por Roberto Gómez en Estudio Estadio alegando que la UEFA no quería tres equipos españoles en semifinales probablemente para irse bajo palio y de gañote este verano a tomar el sol a Marbella y a llenarse la panza sin pasar por caja.
Porque listillos, haberlos haylos. Los hay que dicen que el hombre no pisó la luna, que Elvis sigue de vacaciones o que Bin Laden nunca existió. Pero lanzar teorías de las conspiraciones sin base alguna es de una irresponsabilidad brutal (¡señores, que si el árbitro quiere cargarse al Málaga, en caso de duda, anula su segundo gol!) Y eso, es lo que transmiten al gran público, que en ocasiones les cree a pie juntillas sin sopesar lo que les mueve ni el sentido común. Solidaridad y cariño con el Málaga, sí. Forofismo e invenciones gratuitas, no.
Contacto: vabajo@republica.com
Síguenos en twitter: @victorabajo