¡May day!
Es lo que gritan los pilotos cuando se van a estrellar, no sé por qué. Pero en la UE la palabra May representa a la primera ministra británica que ha pasado de defender la UE a ser acérrima separatista.
A los ingleses -como a casi todo el mundo- sólo se les puede entender en sus propios términos. Después de un siglo de splendid isolation conquistaron un imperio mundial in a fit of absent mindedness (por descuido) y luego lo perdieron gracias a la ayuda de los Estados Unidos que les cobró la II Guerra Mundial obligándoles a desmantelar el Imperio.
Esta caída del Imperio Británico sentó muy mal a todos cuantos basaban las raíces de su identidad y autoestima en el Imperio, que parecen ser la mitad de la población de las islas, si nos basamos en el referéndum del Brexit.
Esta mitad ha dado en culpar a la Unión Europea de la decadencia inglesa, cuando la UE más bien ayudó a Inglaterra. Y en el mismo saco que la UE ha colocado la libre circulación de inmigrantes, cuando ellos tenían ya tantos pakistaníes dentro que el actual alcalde de Londres es pakistaní, por citar una etnia emigrante a Inglaterra.
En un fit de orgullo y capricho votaron para salir de Europa y esta semana han formalizado su petición. Europa existió antes que ellos, se unió sin ellos y no los necesita. Ellos, en cambio, necesitan a Estados Unidos. Como dijo su característico parte meteorológico: “a consecuencia de las tormentas, el continente ha quedado aislado de Inglaterra”. Pues ahora también, que les vaya bonito.