Alcohol ellos, y mujeres nadie
¿Quiénes son los bárbaros del Norte - como Holanda - para hablar de alcohol?, es en el Sur donde sabemos beber, y donde nos enseñan desde niños. Es en el norte donde beben los sábados para emborracharse y olvidar no se sabe qué, supongo que el clima y la cocina que sufren. En cuanto a mujeres, la cosa no es tan fácil como se cree Dijsselbloem: que se lean mi libro “Sobrevivir a un Gran amor seis veces” y verá como las gastan.
Decir que “algunos países han derrochado el dinero en mujeres y alcohol” no es solo una incorreción, es imposible. Los miles de millones de euros enterrados por la Unión Europea en países del Sur, se han gastado en Olimpiadas, aeropuertos, carreteras, parados falsos, armas, barcos, piscinas, pero malamente se pueden gastar miles de millones en vino y mujeres porque - como dicen en el Ampurdán- no se puede cenar tres veces, ni echar más de tres polvos seguidos - salvo Nino Manfredi - ni beberse tres botellas de wisky sin caer dormido hasta el día siguiente y con resaca de varios días.
Para arreglarlo sólo comento: “La franqueza holandesa propia de la cultura calvinista no siempre es apreciada en otras partes de Europa”. Pues no, si es de mala educación engreída y casi racista que se capta en Holanda hacia las gentes del Tercer Mundo, incluso en él países mediterráneos, claro, donde veranean trayéndose sus latas de conservas y su conocida fama de gorrones. Tampoco resulta tranquilizante su alusión a la cultura de Calvino, que ordenó quemar vivo a Miquel Servet por defender ideas que no gustaban al fanático de Ginebra.