Tras las lágrimas y el recuerdo por el admirado futbolista italiano Gianluca Vialli, fallecido el pasado 6 de enero, algunos de los que compartieron camiseta y césped con él en el calcio italiano durante las décadas de los 80 y los 90 han comenzado a hacerse públicamente algunas preguntas y a reconocer que tienen miedo.
"Tengo miedo y estoy preocupado", ha declarado Dino Baggio, 51 años, ex campeón del mundo con su selección nacional en 1994 y ex jugador de la Juventus, la Lazio, el Inter y el Torino, entre otros clubs de la Serie A [la primera división] del fútbol italiano. "Son demasiadas muertes prematuras, está sucediendo a demasiados jugadores demasiado jóvenes".
Vialli, fallecido a los 58 años por un cáncer de páncreas, es solo el último de su generación. Días antes, el 30 de diciembre, Italia entera despidió conmocionada al serbio nacionalizado italiano Sinisa Mihajlovic, ex entrenador del Bologna con un pasado en la Sampdoria, el Inter, la Fiorentina o el Torino. Falleció con 53 años por una leucemia.
"Ha habido una larga lista de muertes de jugadores. Las sospechas son consistentes e incluso justificables", se ha sumado Walter Sabatini, conocido director deportivo de varios clubes y jugador en los años 80.
Los temores obligan a mirar al pasado. Biaggio y Sabatini son hijos del un calcio que ya no existe: espartano, sin tecnología, no siempre en el punto de mira, y menos controlado. Lo que les daban e inyectaban para aumentar el rendimiento deportivo eran, entonces, sustancias legales. El problema que señalan los ex jugadores es la dosis y sus posibles efectos nocivos a largo plazo.
"No sabías lo que te inyectaban"
"Cuando tenía 18 o 20 años, los médicos te ponían inyecciones y no sabías lo que te inyectaban", ha reconocido Sabatini al Corriere della Sera. "Me ponía puntualmente dos inyecciones antes de cada partido sin hacer nunca una sola pregunta, confiaba en los médicos".

Dino Baggio, en un partido de la Juventus.
A los jugadores se les inoculaban también sustancia mediante un gotero: "¿Qué había ahí? Nunca lo supe exactamente”, ha subrayado Baggio. "Ciertamente no era doping, porque el antidopaje nunca me sancionó. Pero eran drogas, que son cosas diferentes de las sustancias naturales que se usan hoy. ¿Están todavía en mi cuerpo y en mis tejidos esas drogas, tomadas durante mucho tiempo? ¿Quién sabe? Ojalá alguien pudiera responderme".
Florin Raducioiu, ex delantero del Bari, el Verona, el Brescia y el Milán, hoy con 52 años, también ha dejado constancia de su preocupación en Sport Report, de la cadena Orange Sport: "No sabíamos lo que tomábamos. Siempre nos decían que eran vitaminas, glucosa. Todo el tiempo estábamos con el gotero, con ese líquido rosa en la víspera de los partidos. Lo recuerdo perfectamente. En Milán tomamos otras cosas, pastillas".
El doble de riesgo de contraer ELA
En sus mentes, otras muchas muertes prematuras por ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica). No hay aún una explicación científica que explique la prevalencia de esta enfermedad entre los futbolistas, pero sí existe un estudio científico que confirma que los ex jugadores profesionales tienen el doble de riesgo de contraerla que el resto de la población.
Una investigación realizada por Ettore Beghi y Elisabetta Pupillo del Instituto de Investigación Farmacológica Mario Negri de Milán presentada en 2020, estudió a 23.000 futbolistas de las series A , B y C del calcio italiano que jugaron entre 1960 y 2018. Casos de ELA constatados: 32. "Considerando sólo los de la Serie A, el riesgo de enfermarse aumenta hasta seis veces", concluye Beghi.
Y hay otra evidencia que preocupa: "Los futbolistas desarrollan la ELA en edades más tempranas con respecto a quienes no han jugado al fútbol. La edad media [a la que aparece la enfermedad] en los ex jugadores italianos es de 43,3 años, mientras que en el resto de la población italiana es de 65,2 años. Es una diferencia de 22 años".
Si se suman las muertes prematuras causadas por ELA, tumores y otras enfermedades cuyas causas son solo una hipótesis, el resultado es alarmante: han muerto más de 150 futbolistas que en Italia entre los 70 y los 90.
El lustro entre 2010 y 2015 fue especialmente dramático: Benedetti, Bertuzzo, Rognoni, Zuccheri, Petrini, Viganò, Imbriani, Ferruccio Mazzola, Borgonovo, Zucchini, Aldo Maldera, Rosato, Musiello, Pinotti... Todos ex futbolistas profesionales, todos fallecidos prematuramente (tenían entre 37 y 68 años) por tumor, leucemia o ELA. En clubes como la Fiorentina han llorado a 11 ex jugadores.
Los productos químicos del césped
En busca de una explicación, Baggio extiende sus sospechas sobre el campo de fútbol, esa hierba que en su época debía su espléndido color verde al uso de sustancias químicas. "Tras la muerte de un amigo como Gianluca Vialli y de muchos otros jugadores de mi generación, me gustaría saber si con el tiempo las sustancias que he ingerido y los herbicidas esparcidos en los campos donde he jugado pueden haber provocado sus enfermedades", ha puntualizado.
"Recuerdo perfectamente cuando entraba en el campo y el césped tenía un olor extraño, no natural, ciertamente diferente al que hueles cuando lo cortas en tu jardín, era un olor químico", ha precisado Baggio. "Me gustaría saber qué había en los pesticidas que usaron para el mantenimiento del campo de juego y quizá en los colorantes que mantenían aquel manto con un resplandeciente verde".
"Lo dije antes y después de la muerte de Gianluca Vialli: tenemos que preguntarnos por qué ocurren estas muertes prematuras", ha insistido Raducioiu. "Me gustaría que todo el mundo del fútbol buscara la verdad", ha añadido Baggio, "que no tiene por qué ser necesariamente negativa. Sería una operación de transparencia".
Investigación judicial en el calcio
Las palabras de Baggio han sacado a la luz un debate envuelto en sospechas, que no son nuevas en las conversaciones entre ex jugadores de fútbol ni en la historia de este deporte en Italia. En 2004, algunas mujeres de ex futbolistas fallecidos llegaron a pedir la apertura de una investigación judicial. La condujo Raffaele Guariniello, entonces fiscal de Turín.
La muerte prematura de más de un centenar de futbolistas del calcio que habían jugado en la primera y segunda división italiana hace 30 años era más que sospechosa. Setenta de esos fallecimientos se produjeron por cáncer, leucemia o ELA.
Gracias a aquella investigación se supo que en los años 70, los futbolistas se inyectaban sustancias que después fueron prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje. Vialli, Mihajlovic, Baggio, Raducioiu... son, sin embargo, de una generación que jugó después, en la década de los 80 y los 90.
El hoy seleccionador nacional italiano, Roberto Mancini, ha evitado pronunciarse: "¿Las últimas declaraciones sobre los medicamentos en el fútbol y la salud de los jugadores? No tengo idea, hay que ir con pies de plomo en este tema. Hay que tener cuidado con lo que se dice".