Los dos inspectores de la UEFA encargados de elaborar un informe sobre el ‘caso Negreira’ han concluido que el Barcelona “ha violado el marco legal del organismo europeo” por lo que instan a que sea sancionado un año sin participar en las competiciones europeas, según publica ABC.
La decisión final, que debe llegar en los próximos días y que según algunos medios podría desvelarse el 12 de junio, sólo abarcaría a la próxima temporada ya que si no hay decisión judicial de por medio, una sanción por la vía de la ‘no elegibilidad’ (los clubes que participan en sus competiciones lo hacen cursando una invitación de la UEFA, como si fueran ‘elegidos’ por sus méritos deportivos) sólo puede limitarse a un año.
Por otro lado, la UEFA no tiene potestad para que esa sanción se traslade a las competiciones europeas, por lo que la decisión se limitaría a que el Barça no jugara la próxima temporada la Champions, lo que por otro lado abriría previsiblemente la puerta de la máxima competición continental al Villarreal, y presumiblemente la Europa League al séptimo clasificado y la Conference League al octavo (salvo que el Sevilla, que ha obtenido billete de Champions, finalizara séptimo u octavo).
Jean Samuel Leuba y Mirjam Koller son los dos inspectores de la UEFA que ya han concluido el informe de cara a una decisión que el organismo había anunciado que tomaría en el mes de junio.
El siguiente paso es que el Comité de Disciplina de la UEFA, en base a ese informe, decida si el Barcelona reúne los requisitos para ser o no invitado, y a continuación cursar o no esa invitación. Y en base al artículo 50.3, que contempla un posible veto “si se ha cometido una actividad destinada a organizarlo, influir en el resultado de un partido a nivel nacional o internacional”, y ateniéndose al informe, todo apunta a que habrá sanción.
Desde la Ciudad Condal el club azulgrana, de puertas hacia afuera, continúa asegurando que no teme una posible penalización porque no ha cometido ninguna irregularidad. De hecho, el mes pasado Laporta viajó a Eslovenia para reunirse con Ceferin y tratar de convencer al presidente de la UEFA que el Barça no había incurrido en ilegalidad alguna. Pese a ello, Ceferin ha definido lo sucedido como “lo más grave que ha visto” desde que está en el mundo del fútbol.
El Barça trasladó a Ceferin que es el principal perjudicado por lo sucedido y que está sufriendo una campaña de desprestigio. De hecho, esa campaña de sentirse víctima del caso la ha trasladado al terreno judicial, y hace una semana pidió formalmente tener la doble condición de investigado y de acusación particular alegando que "no existe indicio alguno de alteración concreta de resultado".
Según el club azulgrana, con independencia de que el servicio técnico arbitral encargado a Negreira tuviese una prestación "real y efectiva", existen sospechas de que este asesoramiento se habría facturado "doblemente" y además uno de los canales de facturación fue a través de mercantiles interpuestas que "recibían una comisión".
Por este motivo, el Barça pidió al juzgado poder tener la condición a la vez de investigado y de perjudicado al verse también víctima de un delito de administración desleal.