Fútbol

El crecimiento de Vinicius: de meme a líder

El partido del brasileño en Anfield, cuando el Real Madrid más sufría, lo encumbra como uno de los mejores jugadores del mundo

Vinicius tras su segundo gol ante el Liverpool.

EFEVinicius tras su segundo gol ante el Liverpool.

Cuando el balón cayó en los pies de Vinicius en el minuto 21 del partido, con el Real Madrid perdiendo 2-0 en Anfield, nadie imaginó que terminaría la jugada con un zapatazo que se coló por el palo largo de Alisson. Acostumbrados a sus regates, no se esperaba que el brasileño golpease al balón con esa rabia, liderando así la reacción de un equipo que volvió a besar la lona y a resucitar en el mismo partido por enésima vez en el último año.

Vinicius ya no es ese crío desequilibrante que fallaba goles cantados y que, según dicen, incluso acabó por desesperar a Zidane, que lo quiso vender. Ahora, tras dos temporadas en las que ha ido de menos a más, es el clavo al que se agarran sus compañeros cuando las cosas no funcionan y el faro que da luz cuando la oscuridad es total, como sucedió ayer hasta que decidió pinchar el globo del Liverpool.

Tras unos encuentros rodeado por polémicas, provocaciones, insultos racistas y un ruido que se hizo insoportable y quitó parte del brillo de su lámpara mágica, el brasileño se encargó este martes de hacer los milagros que el año pasado protagonizó Benzema.

Lejos de ser un simple extremo, Vinicius maneja todos los registros: tiene regate, es un excelente pasador y además marca goles, más que la mayoría de jugadores que juegan en su posición. Porque, hay que recalcarlo, no es un delantero centro. Al contrario que otros cracks, además defiende. O al menos lo intenta. Y no da un balón por perdido, como demostró en su segundo tanto, forzando el error de Alisson que supuso el empate.  Y es que, una de sus mayores virtudes es no rendirse, intentando el desborde de forma continúa, incluso cuando no sale. Tiene una fe inquebrantable en su juego y esa fe casi siempre le acaba correspondiendo.

Sus detractores le achacaban la cantidad de ocasiones de gol falladas, algo que ha ido puliendo, aunque le queda margen de mejora, sus malas decisiones con el esférico, de las que casi no quedan rastro, y el hecho de que no fuese el líder que el Madrid necesita, sobre todo porque Benzema no es eterno.

Pero esta temporada, y el encuentro de ayer lo demuestra, Vinicius se ha convertido en ese jugador determinante capaz de aparecer cuando el equipo está en el alambre. Lo piensan sus rivales, sus compañeros y el propio Ancelotti, que tras el encuentro dijo que "es el jugador más desequilibrante del mundo" porque "nadie hace lo que hace él".

Y no le falta razón, porque si nos ceñimos al presente, solo Mbappé podría discutirle esa afirmación. Y el problema del francés es que no tiene los súper poderes que da vestir de blanco y jugar al lado de futbolistas inmortales como Modric o Benzema.

El caso es que ya nadie se atreve a llamarle 'Ficticius' con sorna y a reírse sobre la posibilidad de que gane un hipotético Balón de Oro. Y los periodistas y tuiteros, incluso los merengues, ya no hacen bromas y memes con él porque ha sido capaz de dar la vuelta a una situación del todo adversa, dentro de un club en el que la presión es el pan de cada día y en un contexto marcado por la era post Cristiano Ronaldo.

Ahora, cuando se dirige al balón con la portería rival, hay pitos y rumores que muchas veces acaban en silencio y en baile. Y cuando el brasileño se queja de una entrada o celebra un tanto hay insultos y exabruptos, porque los buenistas del fútbol actual esperan que se levante y reparta besos y abrazos a aquellos que acaban de intentar partirle la pierna o le han llamado "puto mono".

¿La respuesta? Los 18 goles y 9 asistencias que lleva esta temporada, que siguen la senda de los 22 goles y 20 asistencias de la campaña pasada, lejos de los 6-7 de la 2020-2021 y aún más lejos de los 5-4 de la 2019-2020. Y aún así, Vinicius sigue creciendo, porque un club como el Madrid obliga a los jóvenes a crecer más rápido de lo normal y a secarse las lágrimas antes de que estas caigan al suelo.

Porque el Real Madrid y el aficionado del Bernabéu solo vive en el hoy y el hoy es volver a ganar la Champions pese a haber ganado cinco en menos de diez años. Y no entiende de promesas, sino de realidades, juego y resultados (y milagros), y en eso Vinicius ya es un veterano y un líder pese a sus 22 años.

Sobre el autor de esta publicación

Arturo Carretero

Arturo Carretero (Madrid, 1985) es licenciado en Periodismo. Empezó a dar pasos en la profesión como redactor del teletexto de Cuatro y LaSexta. Posteriormente llegó a Estrella Digital, donde cubrió la información de sociedad y, más tarde, la de política nacional desde el Congreso de los Diputados. En 2011 desembarcó en República.com, donde trabaja como redactor en varias secciones, empleo que ha compaginado con diferentes proyectos, como el blog de viajes Viajealsol.com