El pintor Théodore Géricault realizó en el siglo XIX una famosa serie de diez retratos de enfermos mentales, que se conocen como las Monomanías. La serie está incompleta, pero en los últimos años ha ido saliendo a la luz gracias al científico español Javier S. Burgos, que ha vuelto a localizar otro cuadro inédito.
Este experto en alzhéimer e investigador en la Universidad Jaume I de Castellón ha encontrado por tercera vez una de las obras extraviadas de Géricault. El primer descubrimiento lo publicó en 2021 en una carta en The Lancet Neurology, el segundo en 2022 en la misma revista y el de ahora, Retrato de un hombre, llamado vandeano, también.
La monomanía describe un delirio sobre una sola idea y el término, ahora más cerca de las pseudociencias y en desuso, fue llevado al arte. Este último cuadro localizado por Burgos en el Museo del Louvre corresponde a las monomanías de los eventos políticos, en concreto a la lucha política en la región francesa de Vendée entre 1793 y 1796.
Géricault, artista del Romanticismo francés, pintó en el invierno de 1822-23, por encargo del psiquiatra Étienne-Jean Georget, una serie de diez retratos de pacientes que estaban internos en centros parisinos, las "Monomanías". De esas diez pinturas, hasta 2021, solo se sabía del paradero de cinco, expuestas en museos.
Corresponden estas a las monomanías de la envidia, la ludopatía (también en el Louvre), la fijación obsesiva, la cleptomanía y el rapto de niños.
Las otras cinco habían permanecido ocultas desde que se pintaron en el siglo XIX y, ahora, al menos tres de ellas han salido a la luz gracias a las pesquisas del investigador español.
La sexta monomanía es la melancolía religiosa, la séptima, la borrachera, y la octava, los eventos políticos.
Étienne-Jean Georget y su equipo, que por aquel entonces se llamaban alienistas y no psiquiatras, fueron de los primeros en tratar a los "locos y endemoniados" como personas enfermas y como seres humanos.
Georget encargó los cuadros a Géricault para inmortalizar las expresiones fisiognómicas de diez de sus pacientes; él pintó por primera vez a estos pacientes como seres humanos normales, a color y sin grilletes o camisas de fuerza, explica a EFE Javier Burgos.
A su muerte, las obras se dividieron en dos paquetes de cinco, que se llevaron dos de sus discípulos, Lachèze y Maréchal (solo constan sus apellidos), y desde entonces en el mundillo del arte se ha especulado y debatido sobre si existían diez o solo los cinco cuadros oficiales.
Burgos lleva años tirando del hilo hasta dar, primero, con la melancolía religiosa, identificada en una colección privada italiana, y, después, la borrachera, hallada en una pequeña galería francesa.
Ha seguido leyendo artículos, tesis, tratados médicos y catálogos, y la sorpresa esta vez ha llegado, además de entre las páginas de los libros, desde el Louvre, en París, que lo adquirió en 1938 pero, si bien estaba adjudicado a Géricault, no lo catalogó como monomanía.
Cuando el museo lo incorporó, el crítico de arte Solange René-Doumic publicó en el boletín de los museos franceses un artículo en el que apuntaba que quizás fuera una monomanía, un comentario que décadas después fue interpretado justo al contrario en los catálogos.
De ahí, dice Javier Burgos, que no fuera incluido en la serie. Pero a las manos del científico español llegó un tratado médico de 1.600 páginas escrito por Jean Étienne Dominique Esquirol, mentor de Georget, en el que se mencionaban algunas monomanías y "en un momento dado se describe a un hombre de Vendée". Entonces llegó la conexión.
El cuadro es congruente con la serie, siendo casi del mismo tamaño que otros (64·5 × 81·0 centímetros), y de apariencia, colores y pinceladas parecidas. Burgos admite que se conformaba con encontrar una monomanía, "me doy por satisfecho pero seguiré atento".