Te recuerdo Víctor

El cantautor chileno Víctor Jara.Chilean singer Victor Jara is seen in this undated file picture. The life and times of Jara, who was killed in the first few days of the dictatorship of Gen Augusto Pinochet which started in September 1973, is set to be reborn. Warner Music is to redistribute his folk songs on a global basis from 2002 and British actress Emma Thompson is working on the script of a film which she hopes to direct about the son of a peasant farmer. Spanish actor-heartthrob Antonio Banderas has reportedly expressed interest in playing the role of Jara. TO GO WITH FEATURE BC-LIFE-CHILE-JARA REUTERS/Victor Jara Foundation

MÚSICA

Te recuerdo Víctor

Cuando se van a cumplir 50 años de su asesinato, la Corte Suprema de Chile dicta la sentencia definitiva contra los siete acusados. Los militares torturaron y acribillaron con 44 balazos al trovador del pueblo pensando que así callarían su voz, pero jamás pudieron sellar su boca. Hoy sus versos perduran para siempre. ¿Quién fue Víctor Jara?

“Una canción de Víctor Jara es más peligrosa que 100 metralletas juntas”. Más de 44 balazos sesgaron la vida del cantautor chileno, pero jamás pudieron callar su boca. Su imagen, junto con la del presidente Salvador Allende, hoy simboliza el sufrimiento y la tragedia del pueblo chileno. El mismo que un 11 de septiembre de 1973 amaneció en libertad y con el crepúsculo se topó con la barbarie de un golpe de Estado militar encabezado por Augusto Pinochet. Un judas que solo llevaba 20 días en el cargo de comandante en jefe del Ejército chileno. Paradójicamente, nombrado por Allende.

Cuando se cumplen 50 años del golpe de Estado y del asesinato de Víctor Jara, la Corte Suprema de Chile ha dictado esta semana la sentencia definitiva contra los siete acusados del secuestro, tortura y asesinato del cantautor chileno. Sin duda uno de los crímenes más simbólicos de la dictadura de Pinochet.

En un fallo unánime, los exmilitares Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Haase Mazzei, Ernesto Bethke Wulf, Juan Jara Quintana y Hernán Chacón Soto han sido condenados a penas de 25 años y un día por el secuestro y homicidio de Víctor Jara y Littré Quiroga, entonces director del Servicio Nacional de Prisiones del Gobierno de Allende. Al día siguiente de publicarse la sentencia, justo cuando las fuerzas de seguridad se presentaban en el domicilio del retirado brigadier Hernán Chacón Soto para detenerlo, el militar se suicidó.

"Las sentencias judiciales tienen un rol reparador", señaló el ministro de Justicia, Luis Cordero, tras conocer el fallo de la Corte Suprema. Y es que el asesinato de Víctor Jara era una de las heridas por las que aún manaba la sangre de parte de la sociedad chilena, absolutamente polarizada por culpa del relato oficial alimentado por 17 años de dictadura militar.

Autor universal

Respetado por los grandes músicos, 50 años después de su muerte, aún resuenan los acordes de sus canciones. Autor universal de él se ha dicho que “fue un cruce entre Bob Dylan y Martin Luther King”.

El legado de Víctor Jara ha seducido a artistas de la talla de Serrat, Raimon, Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa, José Mercé, Ismael Serrano, Víctor Manuel, Ana Belén, Roger Waters y tantos otros. Todos ellos han tomado prestadas las canciones más representativas de su repertorio: Plegaria a un labrador. Vamos por ancho camino. Luchín. Deja la vida volar. Las casitas del barrio alto. Ni chicha ni limoná.

“Si eres músico político, Víctor Jara continúa siendo una inspiración”, defendió Bruce Springteen antes de interpretar su versión de Manifiesto en Santiago de Chile. Bono, otro admirador del chileno al que le dedico su tema One Tree Hill, siempre ha ido más allá y, cada vez que ha tenido oportunidad, subido a un escenario ha denunciado su asesinato. “Resulta imprescindible que conozcamos todos los detalles de lo que pasó en honor a aquellos que lucharon hasta la muerte contra la injusticia”.

El cantante y activista político Víctor Jara.

Víctor Jara continúa siendo una inspiración para los cantautores.

¿Quién era Víctor Jara?

Víctor Lidio Jara Martínez nació un 28 de septiembre de 1932 en el seno de una familia humilde. Sus padres, Manuel y Amanda, criaron a sus cinco hijos limitados por las dificultades económicas. “Víctor y su familia eran muy pobres. Creció en una de esas enormes fincas donde los campesinos sobrevivían en un estado feudal. Uno de sus primeros recuerdos era cuando lo sacaban de la cama para ir a lavarse los pies a una zanja al lado de la casa y salir a buscar leña para encender el fuego y calentar el agua”, confiesa su viuda, Joan Jara, en el documental Masacre en el estadio que se puede ver en Netflix.

Maduró en un país en el que rezumaban las diferencias sociales y las injusticias. “Víctor Jara llevaba esa huella dentro de él”, señala Eduardo Carrasco, fundador del grupo folklórico Quilapayún. Su infancia estuvo marcada por la figura de un padre violento y autoritario que abandonó a la familia en 1942 y por el influjo del amparo de una madre amorosa que le inculcó la esencia del folklore chileno.

“En mi casa siempre había una guitarra porque mi mamá era cantora, como decimos nosotros allá. Ella cantaba en velorios, bautizos y casamientos. En casa nos enseñó esas canciones que se cantan en el campo, digamos que se aprenden por generaciones”, confiesa el propio Víctor Jara en el documental. Fue su madre la que le descubrió un innato talento para la música.

Ingreso en el seminario

En Santiago de Chile y abandonada por el cabeza de familia, la familia se busca la vida dando comidas. Cuando parecía que todo se había encauzado muere su madre. Con 15 años, el adolescente Jara se sintió incapaz de superar una pérdida como ésa y decidió ingresar en el seminario. Entre sus paredes se dejó seducir por el canto gregoriano, pero el don de la fe esquivó su alma. No tenía vocación de seminarista y, llegado el momento, cambió los hábitos por el uniforme militar.

Cuando finalizó el servicio obligatorio supo que en la Universidad de Chile buscaban cantantes para Carmina Burana. El joven Víctor formó parte del coro del montaje que se estrenó el 12 de agosto de 1953. Gracias a esta carambola vital, su futuro dio un giro de 180 grados.

Decidió estudiar interpretación y dirección en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Fueron años muy duros. Tanto que llegó incluso a dormir en las inmediaciones de la escuela. También fueron tiempos de aprendizaje. La Universidad le abrió las puertas de un mundo desconocido, un mundo que le dotó de conocimiento y sabiduría. Fue entonces cuando se alimentó de las ideas comunistas, aquellas que jamás abandonaría.

Nueva canción chilena

Fiel a su causa y en contra de la música made in USA, formó parte de la Nueva canción chilena, el movimiento que reivindicó la música popular frente a la invasora en inglés. Él jugaba con ventaja puesto que había crecido con las canciones populares que su madre le cantaba.

A principios de la década de los años 60, Víctor Jara grabó su primer disco en el que incluyó su primera composición, Paloma quiero contarte. Un tema que compuso para Joan, una bailarina de ojos morados que le robó el corazón. La madre de su hija Amanda y la luchadora que hoy, con 96 años, por fin, ha conseguido que se haga justicia con su asesinato.

Víctor Jara

Joan Jara ha tenido que esperar 50 años para ver que se hace justicia.

Víctor Jara empezó cantando al amor. Todas sus canciones eran de amor. “Nosotros somos porque existe el amor. Queremos ser mejores porque existe el amor y el mundo gira, crea y se multiplica porque existe el amor”, confiesa en Masacre en el estadio. Más tarde empezó a hablar de lo que estaba sucediendo en Chile. Escuchó al pueblo y transformó sus fatigas en canciones.

Aprieto firme mi mano /y hundo el arado en la tierra. / Haré años que llevo en ella / ¿Cómo no estar agotado?

Gracias a su sensibilidad, su ternura y su compromiso, Jara se convirtió en el compositor del pueblo. Aquel que, sin haber estudiado música y sin saber escribir las partituras, apoyó la lucha obrera, esa que siempre riega las guerras con su sangre. Escribió a los campesinos que el sol pone la piel negra, a los explotados que pierden la vida, a los que todo lo trabajao toito se lo han quitao. Despacito, despacito. Escribió a los desarrapados, a los olvidados, a los aplastados por el yugo de las clases sociales. A todos aquellos los que jamás nadie había regalado un verso y que jamás habían protagonizado una canción.

Víctor Jara, la banda sonora de Unidad Popular

Por eso, cuando Salvador Allende comenzó su carrera por la presidencia, sus versos se convirtieron en la banda sonora de un movimiento social. Ya lo decía el candidato de Unidad Popular: “No hay revolución sin canciones. Cantamos a la mujer, al obrero, al campesino y al estudiante”.

Te recuerdo Amanda / la calle mojada / corriendo a la fábrica / donde trabajaba Manuel.

Salvador Allende fue elegido presidente de Chile el 4 de septiembre de 1970. Fue el primer presidente socialista surgido de unas elecciones democráticas. Por primera vez la clase obrera se hacía notar. Tras su triunfo, Víctor Jara se convirtió en un fenómeno mundial. Temas como Te recuerdo Amanda, Pongo en tus manos abiertas, Canto libre, El derecho de vivir en paz, La población o el póstumo Somos cinco mil se materializaron en dardos contra la injusticia.

Víctor Jara fue nombrado embajador cultural y a pesar de erigirse como un mito, jamás rompió con sus raíces. Luchó por la revolución y creyó que la educación sería la vía para conseguirla. Pero los militares, apoyados en la oscuridad por el gobierno de Richard Nixon y la CIA, tenían otros planes. ¿Pedirá perdón el Gobierno de EE.UU alguna vez?

Víctor Jara, cantando en Helsinki en una protesta contra la guerra de Vietnam.

Golpe de Estado de Pinochet

El 11 de septiembre empezó como un día normal, llevando a los niños al colegio. Cuando volví, Víctor estaba escuchando la radio. Escuchamos que se estaban llevando a cabo operaciones militares. Hicieron un llamamiento para que acudieran a sus lugares de trabajo y Víctor salió de casa para ir a la Universidad. Él trabajaba allí. Unas dos horas antes del bombardeo del Palacio de la Moneda, Víctor pudo volver a contactar conmigo por la tarde y me dijo que tendría que quedarse en la universidad por el toque de queda. Me dijo lo mucho que me quería, que fuera valiente y se despidió. Fue la última vez que hablé con él”, recuerda Joan.

El 12 de septiembre por la mañana, Víctor Jara fue detenido junto a parte del profesorado y del alumnado que se había quedado en la universidad. De allí fueron trasladados al Estadio Chile, hoy rebautizado como Víctor Jara. El recinto deportivo mutó hacia un simulacro de campo de concentración con 5.000 prisioneros cercanos a las ideas de Allende hacinados en su interior. Los golpistas no tardaron en reconocer al juglar del pueblo.

“¡A ese hijo de puta me lo traen para acá!”, gritó un oficial cuando vio a Jara en la fila dentro del estadio. Son palabras de Boris Navia, el recluso que salvó el ultimo poema del cantante.

-. “Yo te enseñaré, hijo de puta, a cantar canciones chilenas, no comunistas. ¿Vos sois el cantor marxista? El cantor de pura mierda".

-. “Víctor no se quejaba, ni pidió clemencia, tan sólo miró con su rostro al torturador que le golpeó con el cañón del arma y su pelo se empapó de su sangre, al igual que su frente, sus ojos.

Los últimos versos de Víctor Jara

El 15 de septiembre los secuestrados se enteraron de que a dos o tres personas las dejarían en libertad. Los secuestrados pensaron que aquella era una magnífica oportunidad para enviar mensajes a sus familiares. Cuenta Navia que Víctor estaba sentado entre otro compañero de la UTE y él. Le pidió un papel. “Le di dos hojas de una libreta y escribió hasta que de repente dos soldados se lo llevaron. Aunque antes logró entregarme los dos papeles sin que se dieran cuenta”, explica. Consciente del legado que escondía, Boris Navia se las apañó para sacar el manuscrito del estadio.

El 16 de septiembre un trabajador reconoció el cuerpo de Víctor Jara “entre una cincuentena de cadáveres” acribillados y arrojados en el Cementerio Metropolitano”. Jugándose la vida avisó a su mujer y así el trovador pudo ser enterrado en la intimidad. El 15 de octubre de 1973, Joan Jara y sus hijas, Manuela y Amanda, partieron al exilio como tantas familias chilenas. Durante todos estos años, ella no ha parado hasta conseguir que se haga justicia. Un esfuerzo que le ha robado 50 años.

Los militares torturaron y acribillaron al cantante del pueblo pensando que así callarían su voz, pero sus versos perduran para siempre.

La vida es eterna en cinco minutos.