Ópera

Joyce DiDonato, en busca del “Eden” perdido.

La mezzosoprano estadounidense regresó el lunes al Teatro Real para presentar, en el único concierto ofrecido en Madrid, su último e integral proyecto, “Eden”, acompañada por la orquesta Il Pomo D’Oro, referente del repertorio barroco, dirigida por Maxim Emelyanichev.

Joyce DiDonato, en busca del “Eden” perdido.

Teatro RealJoyce DiDonato, en busca del “Eden” perdido.

De corte intimista, introspectivo y enfocado en la gran madre naturaleza. Así concibió Joyce DiDonato durante la época del confinamiento el espectáculo del que es no solo protagonista en escena, sino también productora ejecutiva y que presenta con una puesta en escena poco habitual en los recitales de ópera. Por supuesto cuidada al extremo, porque la atención al detalle siempre ha caracterizado a la gran mezzosoprano nacida en Kansas que lleva décadas triunfando en los escenarios. De hecho, en el teatro de la Plaza de Oriente - donde siempre, como anoche, se la espera con ganas -, DiDonato ha protagonizado diversos títulos en las últimas temporadas: La cenerentola (2001), Ariadne auf Naxos (2006), Idomeneo (2008), Der Rosenkavalier (2010) y, la última, Dead Man Walking (2018).

Su regreso anoche fue una de esas ocasiones especiales que, aunque sepamos que no defraudarán, siempre terminan “atrapando” aún más de lo esperado. Especialmente si se trata de un proyecto tan personal, a todas luces nacido de su interior más espiritual al que ha unido, para crear un espectáculo tan redondo como los anillos de árbol que presiden la escena, un viaje musical de cuatro siglos. Y si de reconciliarnos con el alma del mundo hablamos, la belleza del Barroco, a mi juicio, no tiene competidores. Aunque DiDonato el viaje lo emprende antes – o después, según se mire –, porque cuando su poderosa voz emerge mientras recorre descalza el patio de butacas hasta llegar al escenario, el tema que canta es del compositor Charles Ives (1874 – 1954), a quien separan varios siglos de los imprescindibles barrocos como Gluck. Con “The Unanswered Question”, es decir “La pregunta sin respuesta”, del citado compositor Premio Pullizer, que sin embargo fue bastante ignorado durante años, Joyce DiDonato invita a aprender ese lenguaje sin interrogantes que puede leerse en los anillos que quedan grabados en los troncos de los árboles, en el viento, en el río o, quizás, en el canto de los pájaros.

Joyce DiDonato, en busca del “Eden” perdido.

Joyce DiDonato, en busca del “Eden” perdido.

Es solo el principio, dominado por una oscuridad casi espectral en la que únicamente destaca el ambarino tono de los instrumentos de Il Pomo D’Oro, el ensamble fundado en el 2012 y convertido en referente mundial de la interpretación auténtica de las óperas y obras instrumentales del período barroco y clásico. Después, a medida que la veterana mezzo continúa su periplo interpretativo a través de los siglos con una nueva pieza encargada a la compositora Rachel Portman, ganadora de un Oscar por Emma de Douglas McGrath, con obras de Gustav Mahler, Marco Uccellini, Aaron Copland, Francesco Cavalli, Josef Mysliveček, Giovanni Valentini y sus “indispensables” Gluck y Händel, la escena va tiñéndose de colores puros. En cualquier caso, un escenario siempre monocromático, minimalista y también una suerte de puzle que la artista va completando a medida que encuentra las piezas para construir ahora - ese es su anhelo al que invita a todos - un nuevo paraíso. Sin esperar más años, porque después ya es tarde.

En la parte final del concierto, después de dirigirse al público en español para explicar las semillas de su proyecto y la esencia de su deseo que ya percibe como realidad social, la ganadora de varios premios Grammy y del Premio Olivier 2018 por su excelencia en la ópera, subió a las tablas a los Pequeños Cantores de la JORCAM (Joven Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid). Con ellos como protagonistas, interpretó un himno, compuesto también por niños, que nos invita a creer que sí, que es posible cambiar el mundo aquí y ahora. Los niños de cada ciudad que visita con su gira – Madrid ha sido la número 30 – son siempre protagonistas de esa parte final, cuando llegan las respuestas para las que solo hay un camino, el de la música y el arte. Porque estos son, además de una medicina para el presente, la vía que nos permita conectar con la esencia pura de nuestro ser y llenar de esperanza nuestro futuro. O, al menos, intentarlo. La poderosa y a la vez sutil voz de DiDonato seguirá insistiendo en ello. Próxima parada, este mismo martes 6 de junio en Barcelona.