Centenario de la liberación de los prisioneros del desastre de Annual: 28 enero 1923

El Gobierno paga 4,2 millones de pesetas al líder rifeño Abdelkrim por el rescate de 328 presos españoles

El rey Alfonso XIII, que no recibió a los cautivos porque estaba de cacería en Doñana, consideró que “sí que está cara la carne de gallina”

El Gobierno paga 4,2 millones de pesetas al líder rifeño Abdelkrim por el rescate de 328 presos españoles

Biblioteca Nacional de EspañaLos prisioneros son recogidos en el barco Antonio López en Alhucemas.

#MirandoAtrasAdelante. Ha pasado un siglo. 28 de enero de 1923. La Voz, El Telegrama del Rif, La Correspondencia de España, El Sol, La Libertad, ABC, El Imparcial…la prensa española, toda ella, informa que Mohamed Abdelkrim El-Jattabi, el líder rifeño que derrotó al general Fernández Silvestre, ha liberado a los cautivos del desastre de Annual a cambio de un rescate de 4.270.000 pesetas y la puesta en libertad de 40 indígenas. Las negociaciones las ha llevado a cabo el empresario bilbaíno Horacio Echevarrieta, con intereses comerciales en el Protectorado, con el visto bueno del Gobierno liberal que preside Manuel García Prieto.

En Annual (21 de julio de 1921) murieron más de 10.000 soldados españoles y 625 fueron hechos prisioneros y retenidos en Axdir. A Melilla, tras dos años y medio de cautiverio, tan solo llegan 328. Los otros han muerto por enfermedad, torturas y hambre.

Eran las ocho de la mañana cuando los supervivientes españoles llegan a Melilla por vía marítima, desde Alhucemas, en el barco Antonio López. Y los titulares de la prensa de los siguientes días reflejan cómo y en qué condiciones llegaron: “Relato detallado del rescate”, “La vida horrible de los cautivos”, “Cómo cuentan lo que han sufrido en Axdir”, “Las espantosas escenas del hambre”, “El rescate de los prisioneros produce intenso jubilo en toda España”, “Cómo se rescataron los prisioneros”, “La triste página del rescate de los prisioneros”, “El rescate ha costado cuatro millones doscientas mil pesetas y ha sido gestionado por el empresario Echevarrieta”.

Esos mismos días, cuando los prisioneros llegan a Melilla y más tarde a Málaga, el rey Alfonso XIII no va al encuentro con los prisioneros porque atiende a sus aficiones. La revista Mundo Gráfico recoge y plasma en un amplio reportaje dónde estaba y qué hacia el monarca: “Cacería regia en el coto de Doñana…S.M, el Rey, en su puesto…S.M. el Rey con su montero mayor…S.M. el Rey con algunos de los cazadores examinando una de las mejores reses cobradas…Las reses cobradas expuestas en el Palacio del coto”. El diario ABC también informó el 29 de enero de 1923 de “La cacería en Doñana de S.M. el Rey”.

Cacería del Rey en el Coto Doñana.

Cacería del Rey en el Coto Doñana.

Y mientras que Alfonso XIII contabiliza y examina las piezas cobradas algunos medios, políticos y la ciudadanía en general recuerdan las palabras que pronunció el monarca cuando supo el precio que había puesto el líder rifeño por los 328 prisioneros españoles que aún estaban vivo y que recoge el historiador Gaya Nuño en su obra “Historia del cautivo” (1966): “Pues sí que está cara la carne de gallina”.

El 30 de enero de 1923, dos días después de la liberación de los prisioneros, el diario La Correspondencia de España titulaba en portada: “Las espantosas escenas del hambre”. Y aportaba detalles e informaciones de los prisioneros sobre el cautiverio y la muerte del general Silvestre, principal responsable del desastre de Annual y protegido del monarca: “El capitán Aguirre sabe dónde está enterrado el general Silvestre…Lo que dice el coronel Araujo del cadáver de Silvestre…Lo que cuenta el sargento Vasallo”. El cómo y de qué manera murió el comandante general de Melilla, que no pudo cumplir la promesa hecha a Alfonso XIII de tomar Alhucemas el día de Santiago de 1921 y que mandaba las tropas contra Abdelkrim, era una incógnita e incluso se especuló con que se había suicidado.

Y en la segunda página de ese mismo diario y en tan solo un cuarto de columna aparecía una información con el siguiente título: “Los periodistas y Su Majestad el Rey”. El texto recogía que “algunos periodistas que regresaban de Marruecos, entre los que se encontraban nuestro compañero de redacción Juan M. Mata, coincidieron hoy en el tren con S.M. el Rey y su sequito, que volvían a la corte terminada su cacería de Doñana…el Rey habló con ellos con extrema afabilidad y llaneza…y preguntó toda clase de detalles relacionados con la liberación de los prisioneros…El Rey se mostró apenadísimo por el miserable estado en que los desgraciados cautivos regresan a España y se interesó particularmente por la salud del general Navarro”.

Los mártires del cautiverio.

Los mártires del cautiverio.

Los periodistas también escucharon y recogieron las críticas de Alfonso XIII a la prensa por su comportamiento durante las conversaciones llevadas a cabo por el Gobierno y Abdelkrim para el rescate de los prisioneros: “…a presentar ante los mismos periodistas algunos errores de quienes guiados por un estímulo profesional dificultaron en otras ocasiones por informaciones indiscretas de Prensa las negociaciones para el rescate de los prisioneros”.

La Prensa también recogió el telegrama de felicitación de Alfonso XIII a Horacio Echevarrieta, que a pesar de ser republicano mantenía excelentes relaciones personales con el monarca: “Por su desinterés patriotísimo por liberación de prisioneros llevados por usted a cabo con éxito completo me permito felicitarle al mismo tiempo que le mando mi afectuoso saludo. Alfonso, Rey”. Tras llegar a Madrid el monarca emprendió viaje a Alicante para inaugurar “los riegos de Levante…y el acueducto del río Vinalogio”, según refleja La Unión Ilustrada.

El primero que reveló las intenciones y pretensiones del líder rifeño para con los prisioneros españoles fue el diario La Libertad, que el 13 de diciembre de 1921, cinco meses después del desastre de Annual, consiguió a través de su redactor Rafael Hernández una carta de Abdelkrim donde el líder rifeño explicaba a los familiares de los prisioneros los pormenores del rescate. Hernández y Abdelkrim habían coincididos como periodistas en el Telegrama del Rif y así queda reflejado en la misiva del líder rifeño cuando habla y hace referencia al “antiguo compañero”.

Las condiciones de Abdelkrim eran la siguiente, según refleja en la carta enviada a los familiares y publicada en La Libertad: “1.-Entrega de la cantidad en metálico fijada por los intereses jefes, y en cuya cuantía citó en el Congreso en su discurso del 27 de octubre último, el Diputado a Cortes Sr. Prieto. 2.-La devolución de todos los Musulmanes (sic), que por circunstancias diversas se encuentran presos o detenidos, bien en las Cárceles (sic) de Españas o en las de Marruecos”. Y acaba su carta y condiciones razonando: “Estas dos únicas condiciones, no son hijas del capricho, han nacido de la conservación de la vida de esos mismos prisioneros”.

Ocho meses más tarde Luis de Oteyza, director de La Libertad, llega hasta Axdir de donde era Abdelkrim y sede de la presidencia de la República del Rif que intentaba instaurar el ex redactor de El Telegrama del Rif, junto con el fotógrafo Alfonso Sánchez, Alfonsito. Oteyza entrevista a Abdelkrim y habla con los prisioneros españoles mientras Alfonsito plasma el encuentro con el líder rifeño y los cautivos españoles.

Portada de 'La Voz' del 30 de enero de 1923.

Portada de 'La Voz' del 30 de enero de 1923.

La entrevista y el reportaje de los periodistas de La Libertad tiene una gran repercusión mediática, política y ciudadana en toda España y el resto de la prensa tiene que reflejar, reconocer y alagar el gran trabajo periodístico de sus compañeros. Posteriormente Oteyza convierte sus reportajes y entrevista con el líder rifeño en un libro: “Abdelkrim y los prisioneros”.

A raíz de esa exclusiva periodística el Gobierno vuelve a retomar las negociaciones con Abdelkrim que se ven interrumpidas en varias ocasiones por interferencias políticas y de intereses particulares.

Finalmente, el ministro de Estado, Santiago Alba, y tras Consejo de Ministros, se encarga de da plenos poderes al empresario Horacio Echevarrieta para que lleve a cabo las gestiones necesarias para liberar a los prisioneros españoles.

Y el 29 de enero de 1923 el diario La Voz titulaba en su portada: “Ha acabado la pesadilla. Ayer, a las ocho de la mañana, llegaron a Melilla los cautivos. El señor Echevarrieta ha regresado a Málaga” y Alfonso XIII seguía atendiendo a sus aficiones, cazaba en el coto de Doñana.

Ha pasado un siglo y hoy es un buen día para recordar al periodista, escritor y premio Nobel José Saramago: “Dicen que el tiempo cura las heridas, pero nadie ha vivido lo suficiente para probar dicha teoría”.

Con información documental de José Marquéz.

*Dr. Antonio Rubio, presidente de la Asociación Periodistas Investigación, director del Máster en Investigación Periodística, Nuevas Narrativas, Datos, Fact-Cheking y Transparencia de la URJC y Malditas.es y premio Ondas (podcast) y finalista Premio Gabo (audio) en 2022.