El asesinato de Pedro Rodríguez, conocido como el crimen de la Guardia Urbana, vuelve a ser noticia por la serie de Netflix 'El cuerpo en llamas', que se encuentra en el top 10 de las producciones más populares de la plataforma en España.
Rosa Peral y Albert López, quienes son interpretados por Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez, fueron los autores del homicidio de Rodríguez en 2017, caso por el que fueron condenados a 25 y 20 años de prisión, respectivamente.
Peral y Rodríguez eran miembros de la Guardia Urbana de Barcelona, estaban casados y criaban a las dos hijas de la mujer en una casa ubicada en Vilanova i la Geltrú. También mantenía una relación extramatrimonial con López, su compañero de patrulla y amigo del fallecido.
El crimen ocurrió en la madrugada del 1 de mayo de 2017, cuando Rosa Peral y Albert Rodríguez efectuaron el asesinato de Pedro Rodríguez y luego incineraron su cuerpo en el maletero de un coche Volkswagen Golf GTI.
Las autoridades encontraron el vehículo el 4 de mayo, junto al pantano o el embalse de Foix, en la provincia de Barcelona. Aunque el fuego provocado y acelerado con gasolina dificultó la identificación de la víctima, una prótesis que llevaba en la espalda y no se consumió por el fuego logró desvelar que se trata de Pedro Rodríguez.
Cuando los Mossos d'Esquadra preguntaron a Peral el por qué no había denunciado la desaparición de su esposo, ella explicó que habían discutido y pensó que cuando se le pasara el enfado volvería a casa.
La investigación conduce pronto al triángulo amoroso entre Peral, Rodríguez y López, quien ya había sido su amante en 2013 cuando ella estaba casada con Rubén, un mosso d’esquadra que descubrió la infidelidad y decidió separarse en 2016.
En dichas fechas, Rosa inició su relación con Pedro, un compañero de trabajo, pero mantuvo lo que tenía de forma intermitente con Albert, quien incluso le entregó un anillo de compromiso en frente de una amiga y le dijo "para que te lo pienses".
La mujer que presenció el hecho aseguró en el juicio que Rosa se puso la joya, mientras que en la otra mano llevaba ya otro solitario que le había regalado Pedro. A finales de ese mes, ella le dijo a su amiga que había decidido quedarse con su pareja oficial y rechazar a Albert, algo que no ocurrió porque su relación extramatrimonial continuó con intensidad incluso después del crimen.
Se llamaban hasta treinta veces al día, se enviaban mensajes cariñosos y llegaron a compartieron una comida con otros agentes de la Guardia Urbana barcelonesa mientras el cuerpo de Pedro estaba ardiendo en el maletero del coche donde lo habían abandonado. Cuando se dieron cuenta de que la investigación policial apuntaba contra ellos, cortaron toda comunicación.
El día del juicio, que se celebró en febrero de 2020, Rosa culpó a Albert de haber asesinado a su pareja por celos, versión que no se creyó el tribunal porque había muchas pruebas en su contra como, por ejemplo, que la propia casa que compartía con Pedro fue la escena del crimen, las llamadas y mensajes que se hicieron antes de cometer el homicidio, los posicionamientos de sus móviles junto al pantano donde dejaron el coche, entre otras cosas.
Al dictar la sentencia, el juez tuvo en consideración la "versión contradictoria" de ambos condenados, que se incriminaron mutuamente, así como su "selectiva laguna memorística respecto al núcleo principal de los hechos", sobre los que no se ha podido determinar la causa de la muerte.
"Se infiere, en lógica racional, que Rosa Peral y Albert López acometieron violentamente con un objeto contundente a la víctima, aunque se ignore el objeto o instrumento con el que se verificó, al no haber sido hallado, ni una certeza del lugar del cuerpo afectado directamente, salvo que sí lo fue al menos en la cabeza", dijo en su momento el juez.
Las investigaciones también permitieron esclarecer que el ataque en contra de la víctima se efectuó cuando esta "se encontraba dormida, narcotizada o inconsciente por haberle sido previamente suministrada la medicación que tomaba para la espalda".
Los forenses señalaron que Rodríguez murió antes de que prendieran fuego a su vehículo, aunque la concreta causa no haya podido ser determinada debido al estado del cuerpo.
El magistrado presidente del jurado impuso 25 años de prisión contra Peral, al aplicarle la agravante de parentesco respecto a la víctima, de acuerdo con el veredicto del tribunal popular y tal como solicitó la Fiscalía.
En cambio, rebajó a 20 años la condena a López, para quien el Ministerio Público pedía 24 años de prisión, y a quien condena como coautor del asesinato con alevosía de Pedro Rodríguez. Ambos deben indemnizar a la familia de la víctima con 885 000 euros.
Además, tras cumplir la pena de cárcel, tendrán que someterse a diez años de libertad vigilada, manteniendo una distancia mínima de mil metros con los familiares del fallecido.
¿Cómo es la vida de Rosa Peral y Albert López en prisión?
Una escena de 'El cuerpo en llamas' muestra como la abogada de Peral le pide mejorar su comportamiento en la cárcel a comparación de Albert que si está siendo ejemplar, situación que sí ha ocurrido en la vida real.
Desde que Rosa ingresó en la cárcel de Wad-Ras (Barcelona) en mayo de 2017, ha cambiado hasta en cinco ocasiones de prisión, según El Español. Ha sido trasladada de Wad-Ras a Brians y dos veces ha entrado y salido de Mas Enric (Tarragona) donde actualmente se encuentra recluida.
Los cinco cambios de cárcel se han presentado por conflictos de Peral con las demás reclusas, al igual que otras faltas disciplinarias como ocultar en su celda un móvil.
Al contrario, Albert López ha mantenido un perfil bajo durante su condena, hasta que en 2022 envió una carta a Cuatro al día para explicar cómo se encuentra. "Podría estar peor, la realidad que aún estoy fuerte mentalmente, si bien, una situación como la que vivo hace mella pues eres preso no solo de cuatro paredes sino también de toda iniciativa”, aseguró
"Al final he visto que sencillamente y dada la mediatización de mi persona soy persona non grata en los diferentes puestos a cubrir en mi módulo e incluso cuando algún funcionario requirió de mi persona para cubrir algún puesto laboral. La idea inicial era Derecho, pero a día de hoy no creo en absoluto en el Derecho Penal, pues he sido testigo de la tergiversación", afirmó.