La inteligencia artificial (IA) experimenta un auge sin precedentes. Desde el desarrollo de algoritmos capaces de crear sistemas que aprenden y toman decisiones hasta el 'boom' de ChatGPT, capaz de crear textos largos con sentido sobre cualquier tema, la inteligencia artificial se ha convertido probablemente en la tecnología más prometedora del siglo XXI. Así, a medida que los datos se vuelven cada vez más abundantes y la capacidad de procesamiento de las computadoras sigue mejorando, transforma la forma en la que trabajamos y nos relacionamos. Y precisamente este último punto, el de las relaciones, trasladas al terreno sexual, es uno de los que más debate genera en los últimos días, por como la IA puede influir por ejemplo en la industria del porno y el contenido para adultos.
Tal y como recoge The Independent, un usuario de Twitter hizo hace unas semanas un post viral en el que mostraba una variedad de mujeres 'perfectas' generadas completamente por IA, que se distinguían por sus cinturas pequeñas, rasgos faciales infantiles y senos grandes. Pero, pese a ese supuesto y subjetivo atractivo, que es capaz de llamar la atención de los hombres heterosexuales, esas mujeres no existen y son la mezcla de millones de personas reales.
La única señal de que son generadas por ordenador es normalmente la incapacidad de la IA, aunque es un aspecto que se está puliendo, para representar los dedos, las manos e incluso las sonrisas con detalle. De hecho, hace unas semanas corrió como la pólvora un hilo de Twitter en el que la IA creó la 'fiesta perfecta', llena de chicos jóvenes y atractivos pasándoselo bien.
El problema es que en las imágenes había algo extraño que provocaba cierta inquietud: los dientes de los 'retratados' eran todos iguales y sus manos, con más de cinco dedos en todos los casos, eran más propias de un extraterrestre que de una persona normal. Además, sus miradas estaban vacías, carentes, nunca mejor dicho, de humanidad y calidez, como si fuesen clones.
Midjourney is getting crazy powerful—none of these are real photos, and none of the people in them exist. pic.twitter.com/XXV6RUrrAv
— Miles (@mileszim) January 13, 2023
En casi todos los casos, las imágenes fueron creadas por la potente inteligencia artificial Midjourney, que fue denunciada a mediados de enero junto con Stable Diffusion (una herramienta similar), por supuesta violación del copyright, al usar fotos con derechos de autor para su aprendizaje.
Pero, ¿prefieren los hombres a una mujer irreal a una real? La pregunta genera más de una respuesta, más allá de la de "sí' o 'no'. La primera es que probablemente todo esto pueda hacer surgir un gran negocio alrededor de la IA y la segunda es que la sola cuestión crea un problema ético porque pone a la mujer al nivel de un objeto.
Y es que este tipo de imágenes pueden ser utilizadas para representar a las mujeres de manera deshumanizante y como objetos sexuales, teniendo un impacto negativo en las actitudes de los hombres y a su comportamiento machista en la vida real.
Por internet ya hay muchos foros e hilos de Twitter donde cada vez más usuarios crean sus propias imágenes en las que sobre todo abundan las mujeres blancas, delgadas y con pechos grandes. Las cuentas @fabricatedgirls y @TheRRRealist son de las más activas.
Y los comentarios se llenan de hombres que demandan más contenido y que incluso se muestran dispuestos a pagar por el mismo. Es solo el principio.
— The Realist (@TheRRRealist) February 25, 2023
Temor en la industria del porno
Pero más allá de los dilemas morales y del negocio que a buen seguro se va a desarrollar, la tecnología avanza y el año pasado se creó una comunidad de Discord llamada Unstable Diffusion con el objetivo de entrenar a la IA para mejorar en la producción de pornografía.
Obviamente, todos estos avances han provocado cierto miedo en la 'industria' del porno, y de la del cine en general, ya que las computadoras pueden acabar creando unos personajes irreales que acaben sustituyendo a los actores y actrices.
Sin embargo, la sexóloga Ness Cooper, a la que cita The Independent, señala que cuando la pornografía CGI (hecha por ordenador) se popularizó por primera vez, la gente de la industria también se preocupó por su futuro y poco cambió, porque el consumidor sigue prefiriendo a personas reales.
En ese sentido, varios creadores de contenido para adultos afirman que el alboroto que se ha creado en torno a este asunto es exagerado.
Alex Sim-Wise, una modelo de 41 años con cuenta en OnlyFans, asegura al diario británico que la IA lo que hace es ayudar en el trabajo a muchos creadores de contenido que pueden mejorar su imagen (dándoles más brillo o un mejor aspecto).
"La gente se masturba con cualquiera", dice Sim-Wise. "Se masturban con un meteorólogo, o se masturban con su carnicero favorito, alguien a quien ven todos los días...", señala, para sugerir que se puede convivir perfectamente con la IA.
En esa línea se muestra Laura Lux, una estrella de Only Fans, que indica que las mujeres generadas por IA no van a quitarles el trabajo. "La gente no se suscribe a mi Only Fans porque quiere ver a una mujer desnuda al azar. Se suscriben a mi OnlyFans porque quieren verme desnuda a mí en base a una conexión que ya existe al seguirme en otras plataformas de redes sociales", recalca.
El hecho es que la IA ha llegado para quedarse y lo que está por ver como se regula ante posibles complicaciones, como por ejemplo que una IA genere una imagen parecida a la de una persona real, con nombres y apellidos.
Entraríamos aquí en el mismo terreno del problema que generan los 'deepfakes', vídeos manipulados mediante técnicas de inteligencia artificial que pueden hacer que parezca que una persona está haciendo algo que no ha hecho. En el caso de la pornografía, se utilizan a menudo para crear vídeos falsos en los que se superponen los rostros de personas reales, a menudo celebridades, en cuerpos de actores porno, lo que da la impresión de que esas personas están participando en actos sexuales explícitos.
Y de ahí la importancia de una ley o una serie de normas que aseguren los derechos de las personas reales en un mundo cada vez más irreal.