Récord de calor para los veranos del futuro
Dentro de 50 años, los veranos en casi todo el mundo serán mucho más cálidos que cualquier verano conocido hasta ahora. Y no lo afirma ningún ecologista alarmista, sino el Centro Nacional de Investigación Atmosférica de Estados Unidos (NCAR).
Si el cambio climático continúa con la trayectoria actual, la probabilidad de que los veranos entre 2061 y 2080 sean más calientes que cualquier verano registrado hasta la fecha es de un 90% en prácticamente todo el mundo, a excepción de la Antartida, que no entró en el mencionado estudio. Sin embargo, si las emisiones de gas de efecto invernadero se redujeran, esa probabilidad se reduciría hasta el 41% en muchas regiones, según este mismo informe.
“Los veranos extremadamente cálidos siempre suponen un reto para nuestra sociedad”, explica Flavio Lehner, científico del NCAR y principal autor del estudio. “Ese calor incrementa los riesgos de sufrir enfermedades, pero también daña los cultivos por la manifiesta sequía. Los veranos actuales ya son una prueba de fuego para empezar a aclimatarnos a ese aumento de temperaturas que se espera para el futuro”, añade.
Este estudio, que está disponible en este enlace, es parte de un número especial de la revista Cambio Climático que se va a centrar en la cuantificación de los beneficios que tendría la reducción de las emisiones de gas invernadero. La investigación ha sido además financiada por las fundaciones nacionales de Ciencia de Estados Unidos y Suecia.
Veranos simulados
El equipo de la investigación utilizó dos escenarios de simulación para investigar cómo serán los veranos del futuro. Uno de ellos, calculando lo que supondría que las emisiones de gas invernadero no disminuyeran en el futuro, y otro analizando qué ocurriría si esas emisiones se reducen. Para conseguirlo utilizaron el CESM (Community Earth System Model), una simulación numérica del sistema terrestre que proporciona datos sobre el pasado, presente y futuro de la superficie de la Tierra y de cómo podría verse afectada por los fenómenos atmosféricos.
Los científicos compararon las diferentes temperaturas registradas en la Tierra en los veranos de 1920 a 2014, así como 15 escenarios de temperaturas simuladas para ese mismo periodo. “En lugar de comparar simplemente los resultados de esos 95 veranos pasados, los modelos nos permiten crear más de 1.400 variables de veranos que podrían haber sido, pero no fueron”, explica Lehner. “Esto se hace para conseguir una mirada mucho más completa de la mera variabilidad natural”.
Reducción de emisiones
Tras todos estos cálculos de probabilidad matemática, los científicos llegaron a la conclusión de que entre 2061 y 2080 los veranos en gran parte de América, Europa Centra, Asia y África tendrán una probabilidad del 90% de tener temperaturas más cálidas que las registradas hasta ahora. Esto significa que, prácticamente, cada verano será más caliente que el más cálido registrado hasta ese momento.
En algunas regiones, la probabilidad de que los veranos sean más calurosos que en cualquier otro registro histórico se mantuvieron por debajo del 50%. Pero esos lugares, que incluyen zonas como Alaska, Escandinavia, Siberia o la Australia continental, tienen temperaturas mucho más variables, por lo que es difícil poder calcular el impacto del cambio climático en ellas.
Aun así, reducir las emisiones de gas invernadero sería muy beneficioso para el clima del futuro, pero no en todos los lugares, pues hay zonas tan golpeadas que aun con esa reducción drástica de emisiones seguirían teniendo unos veranos cada vez más calurosos. Sin embargo, en regiones como Brasil, Europa central o el este de China esta caída de emisiones de gases de efecto invernadero reduciría en cerca de 50 puntos porcentuales la probabilidad de tener veranos abrasadores en el futuro. Dado que estas zonas están muy pobladas, se puede concluir que gran parte de la población mundial se beneficiaría significativamente.
“Hemos pensado en el cambio climático como un calentamiento global que puede plantear riesgos importantes para las personas de todo el mundo”, explica Eric DeWeaver, otro de los científicos participantes en el estudio. Para evitarlo, hay que ponerse manos a la obra cuanto antes, pues el tiempo apremia. “Se suele pasar por alto que la mayoría de la población mundial vive en regiones donde la temperatura aumentará de manera considerable y rápida en las próximas décadas”, afirma Lehner. Por eso, no hay tiempo que perder.
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