Móviles con batería de hidrógeno: una semana de autonomía
Aunque todavía hay quien echa de menos el viejo ‘ladrillo’ de Nokia, no cabe duda de que el mundo de los teléfonos inteligentes o smartphones ha revolucionado el sector de las telecomunicaciones. Aun así, queda mucho camino por recorrer. Sin duda, uno de sus principales problemas es la poca autonomía de la batería. Con suerte, un móvil que use diversas aplicaciones puede aguantar como máximo un día sin tener que enchufarse a la corriente eléctrica. Pero parece que eso va a cambiar poco a poco.
La empresa de tecnología británica Intelligent Energy ha desarrollado un iPhone que puede estar funcionando durante toda una semana gracias a una batería de hidrógeno. Tal y como adelantó hace una semana el diario The Telegraph, esta batería –que se añade a la original de iones de litio- cuenta con unos pequeños orificios de ventilación que emiten vapor de agua y calor como únicos residuos.
La empresa, que parece ser que está trabajando en estrecha colaboración con Apple, -si bien la multinacional todavía no se ha pronunciado- asegura que ya ha usado su prototipo con éxito en un iPhone 6, consiguiendo generar electricidad mediante la combinación del hidrógeno con el oxígeno. Además, los teléfonos apenas sufren cambios. Tal y como explicaron al presentar la patente, la única diferencia es cosmética, pues los teléfonos con batería de hidrógeno tienen unos respiraderos traseros por donde emerge una cantidad imperceptible de vapor de agua.
La única duda que existe todavía es saber a qué precio venderá Intelligent Energy estas baterías. Aun así, Henry Winand, presidente ejecutivo de la compañía, niega que Apple se haya mostrado interesada todavía en desarrollar el producto. “Por el momento, no hay nada seguro”. De todos modos, reconoce que es un gran avance: “Hemos logrado fabricar una batería tan delgada que podemos encajarla en el chasis actual sin alterarlo. Es un paso importante, porque si alguien apuesta por una nueva tecnología quiere que, por lo menos, le resulte tan cómoda como la anterior”, asegura.
Por otro lado, el jefe de finanzas de la compañía, Mark Lawson-Statham se mostró mucho más optimista: “Creemos que en dos años estará en la calle, aunque todo depende de la rapidez con la que nuestro socio se lance a por ella”.
Hidrógeno, ¿el combustible del futuro?
Seguro que habréis escuchado en infinidad de ocasiones que el hidrógeno es un combustible que no contamina y que ya existe tecnología suficientemente evolucionada como para su uso masivo. Sin embargo, el tiempo pasa y este combustible –que se pretende usar principalmente para vehículos- sigue sin salir adelante de forma generalizada. No podemos negar que existe una presión por parte del lobby automovilístico para frenar al máximo su desarrollo, especialmente por parte de las compañías petroleras, que verían finiquitado su multimillonario negocio.
Aun así, se deben de tener en cuenta otra serie de factores que imposibilitan que el hidrógeno se desarrolle más rápido. Como indican en el blog ecologiaverde.com, “la tecnología es totalmente viable, robusta y presenta unas ventajas medioambientales indiscutibles”. De hecho, el único contaminante que emiten los coches que funcionan con hidrógeno son óxidos de nitrógeno y a temperaturas muy elevadas. Además, las emisiones de monóxido y dióxido de carbono son casi nulas.
Sin embargo, existen dos grandes obstáculos: no se puede producir hidrógeno de forma barata y limpia y, por otro lado, no existe una red de estaciones que puedan proveer a los vehículos del hidrógeno necesario para circular. Es decir, para que el hidrógeno se use masivamente hay que crear un sistema de producción, transporte y almacenamiento del combustible, pues el hidrógeno que necesitan los coches no existe como tal en la naturaleza, sino que hay que crearlo. Y los métodos para ello no son sencillos.
En la actualidad, se produce hidrógeno a un coste razonable, pero la mayoría de las técnicas usan carbón o gas natural para generarlo, lo que produce también altos niveles de dióxido de carbono. Otra forma de producirlo es mediante la electrolisis, que consiste en descomponer el agua aplicando corriente eléctrica. Si esta energía es renovable, el hidrógeno se produciría con muy bajas emisiones de efecto invernadero, aunque, por desgracia, parece que todavía estamos lejos para conseguirlo, pues aunque este método es limpio, todavía es mucho menos eficiente.
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