Seguro que todas las recetas que preparáis están deliciosas, pero siempre hay pequeños trucos que ayudan a que queden aún más sabrosas.
Por ejemplo en cuanto al pescado, no hay que olvidar que debe tener los ojos brillantes y nada de hundidos. Así como las branquias deben de tener un color rojo intenso, debe de oler a mar, a agua salada pero por supuesto nunca debe de oler mal.
Es uno de los principales puntos para reconocer un pescado fresco y así nos quede la receta perfecta. Cuando se va al mercado a comprarlo, tienes la opción de elegir entre el pescado fresco o el pescado congelado. Si te descartas por el primero, es conveniente que tengas presente los consejos.
Si quieres que las cigalas formen parte del menú que tenías en mente para ese día especial, ten en cuenta que nunca se deben de congelar. Porque pierden su característico aroma, absorben olores, y su carne, que es muy frágil, se vuelve algodonosa. Así que lo mejor, comprarlas y cocinarlas al poco tiempo.
Por otro lado para desalar bien el bacalao hace falta 48 horas, el truco consiste en pasadas 24 horas de remojo en agua, cambiar este líquido por leche, y añadir a la fuente medio diente de ajo.
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