Para borrar el paso del invierno y preparar la piel para el verano lo mejor es un ritual purificador como la exfoliación. Este es el único secreto para tener la piel suave y luminosa así como receptiva a los rayos del sol.
De nada sirve nutrirla o intentar darle un aspecto bronceado si previamente no la hemos limpiado en profundidad. A esto se deben la aparición de manchas solares o un bronceado poco uniforme.
Hay productos exfoliantes que realizan una doble acción, reducen el espesor de la piel y eliminan los residuos depositados en la superficie. Con estos productos se consigue una desintoxicación profunda de las dermis y, además se ayuda a regenerar los tejidos éstos ofrecen un aspecto suave, firme e incluso se reduce ese aspecto de piel de naranja.
Una vez realizado este paso, la piel está preparada para recibir cualquier otro tipo de cosmético. Por ejemplo aceite hidratante, sérum, antiedad, autobronceador, protección solar. Clamar, hidratar, esculpir, suavizar, iluminar, todo pasa por retirar previamente las células muertas.
Imagen | vanemakeup
Prepara la piel con una cura y exfoliación

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