Abrimos esta sección dedicada a los métodos anticonceptivos con el preservativo masculino, el método por excelencia. Se trata de una barrera física que evita que los espermatozoides entren en contacto con el óvulo.

Existen muchos tipos de condones y, aunque el más conocido es el masculino en todas sus variantes, desde hace unos años existe también el femenino.
La historia de este método es larga, hace miles de años los egipcios utilizaban fundas para el pene hechas de pieles de animales para evitar la transmisión de enfermedades. Durante muchos siglos los intestinos de animales se utilizaron con el mismo fin, además de evitar el embarazo. Pese a los intentos de nuestros antepasados estos métodos no eran muy eficientes.
Afortunadamente hoy en día están hechos de productos sintéticos y su eficacia es aproximadamente del 84%. En general están hechos de látex y són una barrera contra las enfermedades de transmisión sexual (ETS), en VIH y el SIDA. El látex es un producto delicado que puede estropearse o rasgarse fácilmente. Por eso es importante no guardarlo, por ejemplo, en el bolsillo del pantalón ya que el calor lo debilita. Tampoco debe abrirse en envoltorio con las uñas, dientes, tijeras o cualquier otro elemento cortante ya que puede romperlo, aunque no sea de forma evidente.
Algunas personas pueden presentar alergia al látex, por eso existen alternativas en el mercado (fundamentalmente de venta en farmacias como el poliuretano) cuyo coste es un poco más elevado. Podemos encontrarlos de muchos tipos: lubricados, secos, con espermicida, sin...
Una de las ventajas de los primeros es que són más resistentes y la probabilidad de que se rompan durante el coito es menor. Los que incluyen espermicida aumentan su protección frente al embarazo ya que este producto (en forma de espuma o gel) destruye los espermatozoides. También existen muchas formas y colores, comestibles o no, de sabores, sin sabor... ¡pero atención! no todos se pueden utilizar para la penetración, así que si queremos evitar sustos es mejor tener a mano uno que sí se pueda utilizar.
Puesto que se trata de un método barato y fácil de usar es el anticonceptivo más utilizado a lo largo y ancho del planeta. Hay que sumar a sus virtudes que no necesita supervisión médica, con lo cual nos podemos evitar la no siempre agradable visita al médico. Además no tiene efectos secundarios y previene las ETS.
Es necesario verificar la fecha de caducidad del condón ya que si están caducados es más fácil que se rasgue. Debe ponerse siempre en el pene erecto ya que, además de ser más fácil su colocación, evitaremos ponerlo mal y que se rompa, se salga o cualquier otro problema.
Al abrirlo hay que asegurarse de que lado es el exterior y cual es que estará en contacto con el pene, lo cual no siempre es fácil.
Un pequeño truco es que normalmente suelen ir envasados de forma que la parte exterior es la que está del lado donde pone la marca del preservativo. Es muy importante asegurarse antes de colocarlo, ya que un mínimo contacto podría hacer que una cantidad de semen o líquido preseminal se adhiriera o en caso de enfermedades que esta se contagiara a la pareja.
Una vez determinado cual es el lado correcto, hay que apoyar el preservativo enrollado sobre el glande. Pinzando la punta (donde se encuentra el depósito para semen) hay que desenrollarlo hasta la base. Solo existe una forma correcta de desenrollarlo, no es posible hacerlo al contrario de modo que si no se extiende con facilidad es que nos hemos equivocado al determinar cual era cada lado. En este caso hay que desechar el condón y volver a empezar con uno nuevo.
Para una mayor seguridad frente a roturas y optimizar la movilidad, los hombres no circuncidados deben mover el prepucio hacia abajo para poner el glande al descubierto. El uso de lubricantes es opcional, aunque es recomendable en el caso de poca lubricación vaginal y casi totalmente necesario en el sexo anal.
Ahora bien, sabemos como ponerlo, pero... ¿Cómo lo quitamos? pues muy fácil. Justo después de la eyaculación y antes de perder la erección debe retirarse el pene, más que nada por el riesgo que supone ya que aumentaríamos innecesariamente las probabilidades de que el preservativo se saliera. Para hacerlo se debe coger con los dedos la base del condón, para evitar que se
escurra. Y por último, nunca jamás de los jamases debe reutilizarse un preservativo: no se pueden lavar y usar otra vez, ni volver a usar en seguida con la misma pareja, ni nada parecido ya que una vez usado pierde su efectividad contra las ETS y el embarazo.
Más información sobre el preservativo en la Wikipedia.