Llevamos un tiempo en el que la enfermedad de los celíacos se ha vuelto bastante pública. De hecho, mientras que hace unos años nadie hablaba de ello, y apenas conocíamos lo que les ocurría a las personas que experimentaban esta dolencia, en la actualidad es bastante común el debate, sobre todo para animar a las marcas a que apuesten por productos pensados para estas personas a un precio más asequible, porque los productos que se venden en el mercado son prácticamente inalcanzables si se comparan con los que los sustituyen y que contienen gluten. Y si bien poco a poco las marcas blancas van apareciendo para cubrir esa demanda, hoy de lo que queremos hablar en Centro Mujer es precisamente de la posibilidad de ser celíaco o intolerante al gluten, porque no es tan sencillo detectar la dolencia.
Intolerancia al gluten y celíacos
Para empezar a hablar de este tema, me gustaría arrojar un poco de claridad sobre el asunto, ya que en realidad aunque se utilicen de forma indiferente las palabras intolerancia al gluten y celíaco no son exactamente lo mismo. De hecho, aunque ambos pacientes sufren por consumir alimentos que contengan gluten, existen casos muy leves, y otros moderados que se les considera en medicina como intolerantes al gluten no celíacos. Sin embargo, aún pese a ambas diferenciaciones, y precisamente por el hecho de que hay varios grados respecto a la intolerancia al gluten, muchos que lo padecen ni siquiera lo saben. Y es por ello que hoy en Centro Mujer te enseñamos cómo puedes detectar la enfermedad, o mejor dicho, los síntomas ante los cuales deberías acudir a un especialista.
Síntomas comunes a los que estar atentos:
- Diarrea crónica o intermitente.
- Retraso en el desarrollo o crecimiento en los niños
- Náuseas y vómitos sin explicación
- Cansancio prolongado
- Dolor abdominal, cólicos o distensión abdominal.
- Pérdida de peso repentina
- Anemia por falta de hierro o otro tipo de anemia sin especificar la causa
Aunque no todos los síntomas van a desencadenar en un diagnóstico de intolerancia al gluten, lo cierto es que sí podrían ser una de las causas más recurrentes para detectarlo. Como siempre, te recomendamos visitar a un especialista explicando tu caso concreto para descartar esta enfermedad, y también para saber lo que te ocurre y el por qué.
Problemas relacionados con la genética:
Como en casi todo, la genética también juega en esto un papel fundamental. Es por ello que aquellos familiares directos de quién padezca: enfermedad tiroidea autoinmune, dermatitis herpetiforme, síndrome del colon irritable ó diabetes tipo 1, deberían revisarse, porque las posibilidad de sufrir de una intolerancia al gluten o ser celíaco es bastante más elevada.
Los últimos estudios al respecto analizan que con la exposición de los alimentos que no contienen gluten y el hecho de que en la sociedad comienzan a asociarse con conceptos como el de que son más sanos, puede favorecer a que se propongan dietas no comunes a quién no sufre del problema. No se trata de que alguien que no padezca la enfermedad no pueda consumirlos, pero es un poco ilógico deshacerse de todo lo que sí lo lleva sin tener esta dolencia, porque además, habrá carencias que si no consultamos a un especialista no estaremos cubriendo, y al final resultará peor el remedio que la enfermedad.
Diagnosticar si una persona es o no celíaca no es algo sencillo. Sin embargo, la prueba más fiable es una biopsia con la que el médico puede saber a ciencia cierta si padecemos el problema. En caso de que ésta de negativa, aún queda por saber si en realidad el paciente con síntomas similares no padece lo que anteriormente especificábamos como intolerancia al gluten, ya que ambas tienen características muy similares aunque se trate de cosas diferentes. Y una vez se diagnostique, entonces sí se puede preguntar al especialista por el tipo de dieta más recomendada y a partir de entonces sí deberemos prestar la máxima atención a todo aquello que ingerimos tanto dentro como fuera de casa. De hecho, aunque pudiera parecer fácil, no es nada sencillo mantener una dieta si se sufre la dolencia.
La mayoría que no conoce el problema a fondo piensa que tan solo se trata de revisar en los envases de los productos que ponga apto para celíacos o ver si en los ingredientes hay algo que pudiera ser perjudicial. En muchos casos, el mero hecho de utilizar ciertos aceites, o de que algunos alimentos puedan tener trazas de ingredientes que no son positivos para los que padecen esta enfermedad. Parece sencillo, pero es todo un reto diario.
Imagen: Estrella Damm Fotos