En el acelerado ritmo de vida que muchos de nosotros llevamos, la ansiedad se ha convertido en un compañero de viaje no deseado.
Es por esto, que en algún momento, todos hemos experimentado esa sensación de inquietud, de mariposas revoloteando en el estómago antes de una actividad importante o una situación estresante.
Pero ¿qué pasa cuando esa ansiedad se sale de control y se convierte en una crisis?
En este artículo, explicaremos de qué se trata, cuáles son sus síntomas más comunes y algunos consejos prácticos para enfrentarla y recuperar la calma en medio de la tormenta emocional.
Qué es una crisis de ansiedad
En pocas palabras se trata de un repentino e incontrolable torbellino de emociones y sensaciones físicas abrumadoras que afectan a las personas en algún momento de su vida.
La clave es entender que se tratan de reacciones normales del cuerpo a situaciones estresantes o a pensamientos ansiosos.
Ojo, aunque son episodios temporales, pueden sentirse como momentos eternos. Una vez que la crisis pasa, es usual sentirse física y emocionalmente agotado.
Cómo detectarla: ¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando tienes ansiedad?
Como ya mencionamos, una crisis de ansiedad es un episodio de miedo intenso que se produce de forma repentina y que suele ir acompañado de síntomas físicos y emocionales.
Lo llamativo es que puede ocurrir en cualquier momento y situación y a veces no hay un motivo claro que las desencadena. Algunas personas tienen crisis de forma aislada, mientras que otras las sufren con frecuencia y desarrollan un trastorno de pánico.
Ahora bien, para detectarla es importante conocer los síntomas más comunes que se presentan. Según el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-5) algunos de ellos son:
- Sensación de nerviosismo, agitación o tensión muscular.
- Sentimiento de peligro inminente, pánico o catástrofe.
- Aumento del ritmo cardíaco y de la presión arterial.
- Respiración acelerada y con dificultad.
- Sudoración.
- Temblores.
- Debilidad o cansancio.
- Problemas para concentrarse y para dormir.
- Afecciones gastrointestinales.
En pocas palabras, cuando tenemos ansiedad, nuestro cuerpo reacciona como si estuviéramos ante una amenaza real, activando el sistema nervioso simpático que prepara al organismo para luchar o huir, liberando hormonas como la adrenalina y el cortisol.
Ambas hormonas producen una serie de cambios fisiológicos que tienen como objetivo garantizar nuestra supervivencia, pero que también pueden causarnos malestar e incluso daño a largo plazo
¿Qué debo hacer cuando tengo crisis de ansiedad?
Si en algún momento experimentas una crisis de ansiedad, lo más importante es mantener la calma y recordar que no se trata de una situación real de peligro, sino de una reacción exagerada de tu cuerpo y tu mente.
A continuación, te dejamos algunos consejos que puedes seguir:
- Respira profundamente. Cuando respiras oxigenas tu cerebro y tu cuerpo, lo que te ayuda a relajarte y a disminuir los síntomas físicos. Puedes seguir esta técnica: inspira lentamente por la nariz contando hasta cuatro, mantén el aire en los pulmones por cuatro segundos más y después exhala por la boca. Repite el ciclo varias veces hasta que te sientas más tranquilo.
- Repite afirmaciones positivas. Se tratan de frases que ayudan a cambiar los pensamientos negativos por otros más realistas y optimistas. Por ejemplo, puedes decir: “Esto es solo una crisis de ansiedad, no me va a pasar nada malo”, “Soy capaz de superar esta situación”, “Estoy seguro y protegido”, “La ansiedad se va a ir pronto”.
- Distrae tu atención. Puedes hacerlo escuchando música, leyendo un libro, viendo una película o hablando con alguien. Lo importante es que elijas algo que te guste y te entretenga.
- Busca apoyo. No estás solo, así que cuéntale la situación a un familiar, un amigo, un profesional o un grupo de autoayuda. Compartir lo que sientes y recibir comprensión o consejo puede ser muy beneficioso.
- Usa una bolsa de papel. Este es un remedio clásico para calmar una crisis de ansiedad. Consiste en colocar una bolsa de papel sobre la boca y la nariz e inspirar y expirar dentro de ella.
La técnica regula el nivel de dióxido de carbono en la sangre, que suele estar alterado por la hiperventilación. Sin embargo, este método no es recomendable si tienes problemas cardíacos o respiratorios.
¿Cuánto tiempo puede durar la ansiedad en una persona?
La duración puede variar significativamente de un individuo a otro y depende de diversos factores.
Sin embargo, cuando hablamos de ansiedad crónica o trastornos, el lapso puede ser más prolongado.
Algunas personas lidian con la condición de forma intermitente durante años, mientras que otras pueden experimentar episodios más intensos y frecuentes.
También influyen las causas subyacentes. Por ejemplo, si está relacionada con un evento estresante específico, como un cambio importante en la vida o una situación traumática, puede ser temporal y disminuir gradualmente a medida que la persona se adapta.
Además, los factores individuales juegan un papel clave. Por ejemplo, la capacidad de afrontamiento de una persona, su historial de salud mental, su acceso a apoyo y tratamiento.
Por otro lado, es crucial que sepas que los trastornos de ansiedad generalizada o el trastorno de pánico, a menudo requieren un tratamiento continuo, que puede incluir terapia, medicamentos o una combinación de ambos.
Qué hace un psicólogo para la ansiedad
Un psicólogo desempeña un papel fundamental en el tratamiento de la ansiedad, ayudando a las personas a comprender, manejar y superar este desafío emocional.
En primer lugar, realiza una evaluación exhaustiva. Esto implica hablar con el paciente para comprender sus síntomas, su historia personal y cualquier factor que pueda contribuir a su ansiedad.
Una vez establecido el diagnóstico utiliza diversas técnicas terapéuticas. Como la cognitivo-conductual, que es una de las más comunes porque ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento o comportamiento negativos que contribuyen a la ansiedad.
Adicional, el psicólogo brinda herramientas para el manejo de la ansiedad. Esto incluye técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, que ayudan a reducir los síntomas físicos de la ansiedad.
El apoyo emocional es otra parte importante del trabajo del profesional de la salud porque proporciona un espacio seguro para que el paciente hable sobre sus preocupaciones y miedos, lo que puede aliviar la carga emocional. Como ves, la crisis de ansiedad es un problema general que afecta a muchas personas en algún momento de sus vidas.
No obstante, se pueden superar con un tratamiento adecuado y el apoyo de los seres queridos. Recuerda que no es una enfermedad, sino una reacción normal de nuestro cuerpo y nuestra mente ante situaciones que percibimos como amenazantes o estresantes.
Lo fundamental es saber reconocer los síntomas, aplicar las técnicas y buscar ayuda cuando sea necesario. No hay que tener vergüenza ni miedo.