Normalmente el poeta se hace con el paso del tiempo, con sus lecturas y con las influencias que va recibiendo. Basta leer las primeras composiciones de los grandes líricos para darse cuenta de que, si bien no carecen de belleza y calidad, aún les falta el oficio que se descubre en obras posteriores.

Retrato de Pablo Neruda
Sin embargo, unos pocos de ellos parecen nacer tocados por las musas. Aunque también van ganando en veteranía, desde sus primeras composiciones se aprecia un talento natural para la lírica. Si tomamos, por ejemplo, los primeros versos de Lorca o los poemas iniciales de Miguel Hernández, por citar sólo dos ejemplos, nos damos cuenta de ello.
Otro caso evidente de este talento natural es el chileno Neftalí Ricardo Reyes (Parral, 1904-1973), que se haría universal con el pseudónimo de 'Pablo Neruda'. Tras un poemario inicial no exento de calidad pero todavía muy influido por el Modernismo, con tan sólo veinte años, publica sus Veinte poemas de amor y una canción desesperada, del que se puede decir, sin miedo a equivocarse, que es uno de los más grandes libros de poemas amorosos escritos en castellano.
Se trata, en efecto, de un poemario de amor juvenil y apasionado, unas veces gozoso y otras amargo, pero siempre cálidamente humano y, por la novedad de sus imágenes, ya original.
Desde entonces, la calidad lírica de Neruda no hizo sino crecer. Aunque cayó en una fase depresiva y pesimista acerca del Hombre, sus composiciones –formalmente adscritas a las novedades vanguardistas, especialmente al Surrealismo- son de un extraordinario valor poético. El poemario Residencia en la Tierra constituye la cumbre de estos momentos.
Más tarde recuperaría Neruda su fe en el ser humano y en la vida. Será entonces su tono optimista y exultante y cantará no sólo al amor sino también a las cosas sencillas: el aire, el pan, la madera, el mar o el caldillo de congrio. Las Odas elementales recogen estos poemas.

Casa de Neruda en Isla Negra
Por su parte, Y te perdí mujer es una composición amorosa. El poeta canta a la mujer que iluminó su vida en un momento de tristeza. Fue como una ventana transparente en su "torre de odios". Pero, precisamente a causa de esos rencores, perdió su amor.
Con un tono melancólico, se reconoce culpable de haber acabado con ese amor precisamente por sus momentos de "negrura". Y todo ello envuelto en formas sencillas en las que no faltan imágenes originales.
Podéis leer el poema aquí.
Fuente: Universidad de Chile.
Fotos: Pablo Neruda: Ariel Quiroz en Flickr | Casa en Isla Negra: Fiammeta en Arte y fotografía.
Ruth Cárcamo
quiero ver los libros
gerardo
ps no cabe duda que pablo premio novel de literatura, por su bellisimas poesias, quizas fue extraterrestre como Einstein,Galileo,etc,,,