Es indiscutible que escribir mucho no es sinónimo de escribir bien. La literatura universal está llena de ejemplos de autores que, con una sola obra, ganaron fama mundial. No obstante, el hecho de tener una obra prolífica tampoco significa que la calidad sea inferior. Bien es cierto que mantener un nivel artístico elevado cuando se escribe mucho no es fácil. Pero ha habido algunos genios que lo lograron.

Retrato de Lope de Vega
Uno de los más importantes -si no el más- es el español Lope Félix de Vega Carpio (Madrid, 1562-1635), cuya producción es, probablemente, la de mayor volumen de la literatura universal. En efecto, no creemos que haya habido un escritor con una obra tan amplia y muy pocos, además, la superan en calidad.
Escribió poesía, narrativa y teatro, siendo en éste último en el que más destacó, ya que a él se debe la creación de la Comedia Nueva, subgénero teatral autóctono cuyo éxito sólo puede equipararse al que hoy día tiene el futbol, pues, al igual que en éste, el público de todas las clases sociales asistía con fervor e incluso había aficionados a tal o cual dramaturgo que polemizaban entre sí.
Pero, además, Lope tuvo tiempo a llevar una intensa vida, en la que se acumularon las amantes y los hijos ilegítimos. Hasta su ordenación como sacerdote en 1614 –y probablemente después-, su actividad amatoria fue muy intensa.
Como poeta, Lope muestra un excelente nivel. Bien es verdad que no llega a la altura de un Góngora o un Quevedo, pero sus composiciones amorosas, religiosas y satíricas alcanzan cotas de calidad muy estimables.
Buen ejemplo de ello, en su vertiente satírica es La Gatomaquia, parodia del teatro de capa y espada –en buena medida patentado por él-, de la épica y del culteranismo gongorino.

Teatro Lope de Vega, en Sevilla
Protagonizado por gatos, nos presenta a Micifuz, un gato pobre que está enamorado de Zapaquilda. Pero Marramaquiz, un indiano rico enemigo del anterior, trata de seducir a la amada de éste mediante las artimañas del mago Garfiñanto, pues también está enamorado de ella. Al no lograrlo de este modo, secuestra a Zapaquilda, desencadenando una espeluznante guerra gatuna de final incierto.
Se trata por tanto de un extenso poema épico-burlesco –siete cantos o silvas y dos mil ochocientos dos versos- que, mediante la animalización de los humanos, ejecuta una parodia hilarante de la épica clásica. Pero es, además, una prodigiosa exhibición de humor, de colorismo descriptivo y de musicalidad del verso. Sólo un genio podía elaborar con tanta calidad un tema tan banal.
Podéis leer la obra aquí.
Fotos: Lope de Vega: Ecelan en Wikimedia | Teatro Lope de Vega: Juanarcos en Flickr
isaac
donde esta la obra del medico simple