El Centro de Documentación del Agua de Emasesa, convoca el I Certamen de Relatos Cortos y Cuentos Infantiles sobre el agua, en colaboración con el ICAS.
El Certamen que nace con la idea de ser anual y que los títulos ganadores en las dos versiones vayan conformado una “Colección de Relatos cortos y Cuentos del Agua”, que contribuya a difundir la idea del uso sostenible del Agua y del desarrollo sostenible en general, así como promover la edición de relatos y cuentos, aportando valor al mundo de la cultura.
BASES DEL CERTAMEN
1. Podrá participar cualquier persona sin distinción de edad ni nacionalidad. Los relatos se presentará por triplicado y con pseudónimo.Se adjuntará un sobre cerrando en cuyo exterior constara el titulo del relato y el pseudónimo, y en el interior, título del relato, nombre y apellidos, dirección, fecha de nacimiento y teléfono del contacto del concursante.
2. Relatos y cuentos inéditos (los cuentos irán dirigidos a niños /as de una edad no superiora 12 años), originales, en castellano de una extensión máxima de 25 folios mecanografiados a doble espacio o confeccionados a ordenador (tipo letra arial 11, a doble espacio y por una sola cara) y que su temática central sea el Agua y el uso sostenible de este recurso de primera necesidad.
3. Se establecen un premio y un accésit para cada categoría, consistentes en la publicación del relato y cuento y un premio en metálico de 1.500€, para los ganadores.El accésit consistirá en la edición y publicación de la obra y un circuito en los baños termales “Aires de Sevilla“.El jurado se reserva el derecho de otorgar algún otro accésit si la calidad de las obras lo requiriese o a dejar el premio desierto. Las obras premiadas serán presentadas en la edición de la Feria del Libro de Sevilla del 2009.
4. El jurado estará compuesto por personas relacionadas con el mundo de la literatura, la cultura y el medio ambiente. El fallo del jurado será inapelable.
5. Los autores y los títulos premiados se darán a conocer en la página web de Emasesa, entrando en el portal del Centro de Documentación del Agua, a lo largo de diciembre del 2008.
6. Los trabajos premiados quedarán como propiedad intelectual de Emasesa para su publicación y distribución. Las obras que no hayan sido premiadas podrán ser retiradas en el primer trimestre del 2009.
7. La participación en el certamen lleva implícita la aceptación de todas las bases, así como las decisiones y fallo el jurado.
8. Los originales han de enviarse por correo ordinario o certificado, antes del 15 de septiembre del 2008 a la siguiente dirección:
Unidad de gestión del Conocimiento
EMASESA, C/ Escuelas Pías nº 1
41003- SEVILLA
Mas información en los teléfonos 955020394/7357 o en el correo electrónico
gestiondelconcocimiento@emasesa.com
Poemas
Llegué tarde.
Gracias.
mario
no sale rapido y quiero cuentos que se puedan interpre tar con 4 niñas y un niño.
gracias ese fue mi comentario
brandon
sean precisos con los de los cuentos busque , lei durannte 2 horas y media y no encontre nada de.
octavio paz
manuel payno
manuel guitierres najera
juan rulfo
juan jose arreola
lis
necesito con urgencia una obra teatral de 5 personajes que dure 15 minutos!! por favor enviarmela.. graciasssss!
emanuel mirda
q vale mierda y es mierda d la q come un paisa
miguel
SOLO QKUIERO CUENTOS !!!!!!!!
jenny
porfavor mandenme cuentos latinoamericanos del siglo 19 y 20 me urge es para hacer una antologia y les prometo que los meto en mi prologo. que esten bien
cars5
yo solamente quiero un prologo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
saludos
marta
necesitoun sainete comico para tresmujeres adultos
anonimo
Estoy buscando cuentos de algunos autores para una antologia desde hace 2 horas!!!!!! y busco y busco y siempre me aparece este sitio, pero oh sorpresa!!!!!!! que me doy cuando no encuentro ningun cuento de lo que busco. Entonces pueden decir a que se refieren con "cuentos"?
Marcelo Ferrando Castro
Hola anónimo,
¿qué cuentos buscas? Tener los títulos obviamente te será de ayuda pues si en los buscadores pones sólo la palabra "cuentos", te dará como resultado cualquier cosa que contenga dicha palabra.
Saludos,
Manuel
Muy estimado señores deseo saber si pueden publicar algunos de mis cuentos infantiles en tan prestigioso sitio, muchas gracias
omar
nesesito cuentos de terror o guiones teatrales para 8 personas
omar
nesesito cuentos o mas bien guiones de terror para 8 personas porfabor se los voy a agradeser muchisimo es para una tarea de español
kamy
quisiera un cuento porfa es que no he encontrado nada aqui.
solo pedi un cuento policial!!!!!!!
igual gracias.
luz
esta bien que son cuentos corto pero tampoco para tanto
los quiero pero mejoren eso
luz de RAFAELA 21/03/2010
lolscape
para que diablos.. no pues.. no enkuentro naditah aka!
chik chic
no puedo creer q en toda la net no pueda encntrar cuentos hodure~os !!!!!!!!!!!!!!!!!! es imposible !!!!!!!! x(
kaThii
necesito 10 cuentos hispanoamericanos cortos de 1950 al 2000
césar cando mendoza
LA SANDÍA
César Cando Mendoza
Rodó la sandía por el graderío del mercado; al chocar se dividió. Una baba sanguinolenta manchó el piso. Rosendo recogió los pedazos, y atribuyó este suceso dominical al prejuicio que lo encadenaba desde muchacho.
¡Soy salado¡ – dijo.
Regresó al depósito de sandías, y vio que su hijo Fidel no estaba. Gritó fuerte el nombre del niño hasta llamar la atención de la gente del andén. Corrió por doquier, preguntó desesperadamente, sin éxito. El niño había desaparecido, en menos de lo que la sandía cayó por el graderío.
Rosendo tuvo ataque de histeria. Ya no gritaba el nombre de su hijo, pedía auxilio. Sin advertir dejó la sandía destrozada sobre la mesa de un restaurante, y deliraba en el centro de la playa de estacionamiento.
Una mujer sesentona se ocupó de él, y sugirió que acuda a la primera estación de policía ubicada a tres cuadras del mercado. Rosendo no la escuchó. Temblaba.
Caminó diez pasos, y sintió que le faltaba aire. Tenía los labios secos y la saliva espesa. Un hombre con camisa blanca le dijo al oído: “Vaya a la cruz roja, en la Alameda. Ahí depositan a los niños extraviados.” Rosendo seguía preso de pánico. Pensaba dificultosamente en el rostro de Fidel: los ojos grandes, el cabello claro y el saco rojo con rayas negras que tejió la madre.
El patrullero llegó. Bajaron dos policías. La gente curioseaba.
-¿Dónde lo extravió? – dijo, el gordo con gafas oscuras.
-En las sandías – contestó Rosendo.- En el puesto de sandías – insistió, con las manos aún en la cara.
El policía delgado inquirió sobre las características físicas de Fidel. Rosendo habló atropelladamente. La información era incoherente. Con las manos crispadas acertó a decir que el niño tenía dos años aproximadamente. Movió la cabeza con señal negativa cuando el policía preguntó por una fotografía de Fidel.
Aquella mañana nublada, la esposa de Rosendo había encomendado una sandía para saciar el deseo que provenía del nuevo embarazo. “Llévate a Fidel porque no me deja lavar la ropa” – había dicho con imponencia mientras sacudía las sábanas sobre la piedra.
Rosendo cargó a Fidel, y cruzó la calle para alcanzar el autobús. Una chica de botas azules y gorra amarilla le cedió el sillón. El hizo un gesto de agradecimiento por la solidaridad, y se acomodó junto a un jubilado que leía un impreso. El titular a cuatro columnas informaba sobre el operativo realizado contra un grupo subversivo. La fotografía mostraba a una muchacha tirada en la calzada, con la cabeza sangrando. El jubilado murmuró: “Estupendo.”
La máquina rodaba por la avenida de saucedales. Rosendo decía a Fidel que mire los árboles verdes. Algunos de ellos estaban adornados con guirnaldas, otros portaban un letrerito de feliz navidad. La chica de gorro amarillo y botas azules aún estaba arrimada al sillón, y una de sus manos agarraba con fuerza el tubo superior. En la parada empresa eléctrica, Rosendo descendió despacio. Tomó de la mano a Fidel y caminaron por el pasillo de la estación. En la salida leyó el anuncio de la interrupción del servicio de transporte a las dieciocho horas debido al estado de excepción. Más allá miró las letras rojas sobre la pared blanca: “¡Viva Alfaro!”, y escupió un carajaso. Caminó por el paso cebra hasta alcanzar la esquina del mercado. Pensó en la sandía más grande; en las rebanadas que comerían todos, en casa.
Dos vueltas por la plaza, y Fidel no estaba. El policía hizo el parte. Una mujer susurró: “ Roban a los niños para negociar los órganos”.
Rosendo abrió senda en medio de la multitud. Sintió una corazonada profunda hasta el alma, y sin más corrió por la sección de mariscos. Tenía la garganta de lija. Tocó las mejillas húmedas de lágrimas. Miró la puerta de salida, y emprendió la marcha fuera del mercado. Pensó lo peor: Fidel vendido al mejor postor, en la estación interprovincial; la madre recluida en un hospital para enfermos mentales; y él, abandonado a su suerte en un pueblo oriental. Estuvo largo rato caminando sin rumbo. Y de repente vio a lo lejos el cuerpo de una mujer que caminaba penosamente por el asfalto. Por un momento creyó que la mujer llevaba de la mano a un niño. Sólo era una alucinación. Sentado en el filo del paso peatonal, sintió desfallecer, como en el cuento Oasis, de Guiserá, donde el protagonista se dispone a morir con dignidad junto al dromedario, arrojados por la marejada de arena.
El ruido de una motocicleta lo repuso. Rosendo saltó, y subió a un montículo de escombros. Esta vez miró a un niño que caminaba de la mano de la mujer. Llegó presuroso hasta ellos. Gritó el nombre de Fidel. La mujer tomó al niño en sus brazos, y él se sujetó al cuello. Gritó otra vez, y su voz aflautada no encontró eco. Sintió temblor en las piernas, y, en insólito movimiento, liberó al hijo.
La mujer trémula no acertaba a decir algo. Sólo agitaba la carpeta repleta de billetes de lotería. Rosendo no tenía ganas de reclamar. Aún no salía del asombro. A lo lejos, tres policías forcejeaban con dos hombres que se negaban a entregar las hojas volantes.
Rosendo ingresó con su hijo al apartamento. La esposa los vio, y preguntó:
-¿ La sandía?
Fidel se lanzó a los brazos de la madre.
Rosendo explicó, de pie, en la sala. Ella besó a su hijo.
Colgado de la pared el cuadro de pintura mostraba un conjunto de frutas, donde sobresalía un pedazo de sandía. El resto era naturaleza muerta.
Noviembre de 1993.
diiaNa
no man... nesesito una obra de teatro pero ia no ma no encuentro nada i todo x platicar
diana murcia
Nesecito saber si me puden colaborar para que yo pueda leer el libro cuentos para salir a recreo mil gracias