La OSCE anunció hoy que acordó la partida a Kazajistán del depuesto mandatario kirguís, Kurmanbek Bakíev, con los presidentes kazajo, Nursultán Nazarbáyev; estadounidense, Barack Obama, y ruso, Dmitri Medvédev. Las negociaciones entre estos países y el Gobierno provisional kirguís y el propio Bakíev se llevaron a cabo con la mediación de la OSCE, la ONU y la Unión Europea, señala un comunicado firmado por el jefe de la diplomacia kazaja, Kanat Saudabáyev, presidente de turno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
La partida a Kazajistán de Bakíev, derrocado el pasado día 7 y refugiado en el sur de su país, supone “un importante paso hacia la estabilización y para evitar la guerra civil en Kirguizistán”, indica la nota, publicada en la página web de la OSCE.
Esta organización pide a todas las fuerzas políticas de Kirguizistán que ayuden a garantizar la estabilidad, el orden público y la legalidad y que se ocupen de los problemas económicos más urgentes que afronta ese país de Asia Central.
El depuesto presidente abandonó Kirguizistán en un avión que lo recogió en Jalal-Abad, ciudad del sur del país en la que se refugió desde que fue derrocado por una revuelta popular, y que se dirigió a la ciudad kazaja de Taraz (antigua Dzhambul).
Poco antes, el propio Bakíev anunció que Rusia y Estados Unidos celebraban consultas con Kazajistán, país que preside actualmente la OSCE, para decidir su destino y que el presidente kazajo lo había invitado.
“Mi destino y el lugar donde permaneceré en el futuro lo debaten ahora dirigentes de Rusia, Kazajistán e incluso de Estados Unidos”, dijo Bakíev a la prensa en la casa de su padre, en la localidad de Tayit, cerca de Jalal-Abad, según la agencia kirguís Akipress.
Asimismo, confirmó que había “iniciado unas negociaciones más o menos oficiales” sobre las condiciones de su renuncia formal con un representante del Gobierno provisional que lo había visitado.
Las nuevas autoridades de Kirguizistán habían pedido al depuesto presidente que abandonase el país con destino al extranjero para no tener que proceder a su detención.
“Nos gustaría que Bakíev se fuera de Kirguizistán y se exiliara en otro país. Nos facilitaría el trabajo”, aseguró hoy a Efe Edil Baisálov, jefe de la administración del Gobierno provisional que derrocó el pasado 7 de julio a Bakíev.
El presidente ruso, Dmitri Medvédev, a su vez recomendó a Bakíev que renunciara a su cargo a favor del Gobierno de “confianza popular”, al sugerirle que tomara “una decisión responsable sobre su destino, que debe guiarse por los intereses del pueblo y no por las ambiciones personales”.
Bakíev, acusado por la oposición de autoritarismo, nepotismo, abusos y corrupción, huyó de Biskek tras violentos choques entre sus cuerpos de seguridad y los manifestantes que el pasado día 7 causaron más de 80 muertos y unos 1.600 heridos.